
Ese ciudadano responsable empezó a trabajar, más allá de las disposiciones y los decretos.
La gente en las calles y los comercios clausurados son la evidencia.
Y no hablamos ahora de aquellos irresponsables que jamás quisieron respetar a los demás, sino de cientos de misioneros que ya no pueden más.
Es un gran riesgo sanitario, pero es real. Nos guste o no, está pasando.
Quizás sea la confianza que produce el blindaje sanitario de la provincia que, por el momento, es exitoso.
Es un desafío para el Estado que ya empezó a solicitar excepciones extras al presidente de la nación, pero cada vez son más los que solicitan poder salir a trabajar.
Se debe encontrar una salida, analizando detenidamente todas las situaciones por la que atraviesa el ciudadano, pero al mismo tiempo, la sociedad no debe subestimar a la enfermedad.
Es una obligación de ambas partes, por el bien de todos en general.
Eduardo Pérez para Misiones Cuatro