Opinión

Le contamos a les chiques lo que algunxs callan por miedo a Rovira

cargando anuncio

Columna de opinión por el periodista Walter Anestiades.

Le contamos a les chiques lo que algunxs callan por miedo a Rovira

El debate sobre la validez del denominado “lenguaje inclusivo” va tomando temperatura. A veces tanto que habría que hisoparlo. Entretenidos con este amarrete intento de estimular una sociedad más incluyente, son bien pocxs los preocupadxs por cuestiones educativas concretas que lo ameritan. Por ejemplo, el escaso vocabulario de una cantidad considerable de argentinxs. Las nauseabundas faltas de ortografía (en redes sociales y en los teléfonos celulares se escribe en una suerte de dialecto aún indescifrable). La pereza mental. Y la autocensura hija del fundado temor a las secuelas de decir lo que se piensa. Encima, este 2020 concluirá sin clases presenciales, de modo tal que el ya sistemático abandono de la exigencia educativa encontró en la pandemia un aliado inesperado.

Ya que estamos en Oberá, provincia de Misiones, deberíamos preguntarnos si los chicos, las chicas, o les chiques, están al tanto de ciertos hechos de la política y de la vida social comunal y provincial de los que gran parte de les politiques, periodistes y  maestres, nunca hablan. Por aprietes, por paranoia, o por algún tipo de complicidad, hay temas que en Oberá y en Misiones son tabúes. Y lo son en cualquier tipo de lenguaje.

¿Qué tal si intentamos hacer una breve reseña de tres o cuatro canalladas impunes y silenciadas que hay por acá, en un lenguaje inclusivo del que sabemos muy poco? A ver cómo sale. A ver si les chiques se van enterando…

-En 2003, cuando Carlos Rovira fue reelecto gobernador pero por un nuevo espacio político, armó una justicia a su conveniencia. Echó al fiscal de estado que lo molestaba para poner a une que lo deja más tranquilo que tres miligramos de bromazepam. Y en la corte provincial nombró a su exmaestre de Biología y al apoderade de su partido político. En estos días en los que se discute mucho la reforma judicial que pretende el kirchnerismo, se supone que los misionerxs deberían repudiarla decididamente porque sufrieron en carne propia un intento de impunidad como el que busca Cristina Kirchner, sacando a jueces y fiscales molestos para poner compañerxs.

-En la ciudad de Oberá, entre politiques, periodistes y el establishment, armaron una campaña fenomenal para entronizar a un tal Ewaldo Rindfleisch. Les salió tan bien que Rindfleisch fue electo tres veces alcalde, dejó al municipio y a la cooperativa CELO saqueadxs y destruidxs, elle y sus dos esposxs prosperaron, se llevaron la recaudación de la Fiesta Nacional del Inmigrante cuántas veces quisieron, y elle nunca debió explicar nada. Dos veces intentaron convocarlo en el parlamento provincial pero oficialistxs y opositores se unieron para blindarlo. Dos veces. Un obereñe, Ramón Escobar, lo denunció en la justicia, pero los expedientes duermen una regia siestita. El gobernador Passalacqua lo premió con un cargo provincial. Y ahora en Oberá gobierna alguien del mismo partido, que en vez de impulsar una mirada retrospectiva, les hizo pagar la deuda heredada a les contribuyentes sin investigar nada y lxs insta a mirar “para adelante”. Y todxs miran para adelante nomás.

-En abril de 2004 a “Marilyn” Bárbaro la golpearon y la enterraron en su casa. Elle tenía problemas motores y dicen que fueron unxs nenxs de mamá. Pero de una con poder, así que ellxs no fueron. Hace poco el tribunal que quedó a cargo de lo que quedó del caso falló que no hubo alevosía cuándo a “Marilyn” le rompieron la cabeza a golpes y la enterraron aún viva. En tiempos de tanta declamada defensa de los derechos de la mujer el femicidio ícono del feudo renovador k no está en ninguna agenda institucional. Ni en comisiones de diputadxs, ni en ninguna universidad pública. Sus derechxs humanxs, y los de su familia, como el derecho a la justicia, fueron olvidados. Ninguna mujer misionera con cierta cuota de poder la nombra ni por acto fallido. Raro, ¿o se debe decir rare?

-En marzo pasado le ministre de Salud provincial, Oscar Alarcón, fue a Oberá y en plena epidemia local de dengue, dijo que “había seis casos”. Hasta les propies mosquites sintieron vergüenza al escuchar semejante disparate. “Nosotres estamos llenxs de casos”, decía la gente, mientras les periodistas obereñes que le ponían los micrófonos se hacían les boludes, sin repreguntxs.

Hay mucho más, por supuesto, pero mejor no abrumar a les chiques. En su Teoría de los discursos sociales, el semiólogo argentino Eliseo Verón explica que toda producción de sentido es social y que todo fenómeno social contiene un proceso de producción de sentido. Lástima que, al tiempo que pretendidxs almas sensibles y progresistas nos vienen a hablar de inclusión social, nosotrxs sigamos buscando casi en soledad el sentido de ciertos fenómenos sociales misioneros. Faltan otrxs que hagan lo mismo. Mientras crece la preocupación por cómo se habla, nos sigue preocupando el cómo se calla.

Se necesita que haya otrxs que hablen de ciertas cosas con el lenguaje y con la gramática que prefieran.

Contala como quieras.

Pero contala…

Por Walter Anestiades para www.misionescuatro.com

Ilustración de Nicolás Eugenio Aguilar

Comentarios