Opinión

¿Peronistas que votan a Closs?

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Nota de Opinión por Walter Anestiades.

¿Peronistas que votan a Closs?

[vc_row][vc_column][vc_media_grid element_width=”6″ grid_id=”vc_gid:1503266438578-91a52873-80d2-5″ include=”125514,121735″][vc_column_text]En la tercera y última parte de la trilogía de “El Padrino” (film de 1990), Michael Corleone (interpretado por Al Pacino) intenta hacer de su sobrino, poseedor de una impulsividad brutal (a cargo de Andy García), un mafioso más cerebral y eficaz. “Nunca odies a tus enemigos. Afecta tu juicio”, le aconseja.

Es un consejo que muchos peronistas misioneros (y del resto del país) deberían tomar en cuenta. Odian a Macri y a cualquier cosa que huela a PRO. Y tanto afecta su buen juicio que llegan a perpetrar disparates verdaderamente bochornosos. Por ejemplo, siendo peronistas, votar por Maurice Closs.

Por supuesto, no hacemos referencia a aquellos que, diciéndose peronistas, se hicieron renovadores por conveniencia económica y/o política (¿hay otra manera de hacerse renovador?). Apuntamos a aquellos que, diciéndose peronistas, lo son.

Hace casi tres lustros Néstor Kirchner pergeñó la “transversalidad”, un ensayo hegemónico vendido como un modo de hacer renacer a un sistema político en jaque tras la megacrisis del 2001. En los hechos causó problemas aún irresueltos a peronistas y a radicales. Y el peronismo de Misiones fue el más afectado de todos los peronismos del país. El Partido Justicialista, la maquinaria electoral más potente de la Argentina de las últimas siete décadas, que en Misiones gobernó consecutivamente entre 1987 y 2003 (Julio Humada, Ramón Puerta con dos mandatos y Carlos Rovira ), fue sacado de la cancha para mirar a la política desde la tribuna. Viendo como la renovación juega sola y hace fulbito para la tribuna. Hoy, el PJ misionero es casi una ONG que no tiene ni siquiera intendencias. Apenas un puñado de dirigentes chochos y moviendo la cola de contentos porque el amo Rovira les tiró algunos puestitos y candidaturas. ¿Quién lo hubiera sospechado? El justicialismo misionero devenido en triste segundón de la renovación…

Así como el peronismo nacional aún no cayó en la cuenta de que su problema no es el gobierno de Macri sino el lastre de Cristina Kirchner, en Misiones no quieren darse cuenta de que el color que los afecta no es el amarillo PRO sino el azul y rojo renovador.

La provincia está llena de “peronistas” que, cegados en su odio al macrismo, son capaces hasta de poner en la urna la boleta con la carita de Closs. ¿Reorganizar el partido? ¿Sacárselo del buche a Rovira y convertirse en una alternativa de poder real a la renovación? ¿Ser opositores y remarcar el modo de vida miserable de miles de misioneros que recorren los días del siglo XXI como si aún transitaran el XIX? No. No hay cojones para siquiera pensar en semejante rebeldía.

Nadie dice que se hagan macristas. Pero cualquier argumento esgrimido para defender el rechazo a las huestes del actual gobierno nacional, serviría también para alejarse del expresidente de la UCR de Misiones.

Misiones precisa, urgente, una opción superadora de la renovación. Una que la saque del sistema feudal engendrado en 2003 y la lleve hacia una justicia social que cientos de chiquitos misioneros mal nutridos, que ni siquiera saben lo que es darse una ducha caliente,  tomar un vaso de leche o alumbrarse con luz eléctrica, pedirían a gritos si supieran cómo.

“Nunca odiés a tus enemigos: Afecta tu juicio”, le aconsejó Michael Corleone a su sobrino. Lástima. De todos los consejos de “El Padrino”, fue el único al que los dirigentes justicialistas misioneros no le hicieron caso.

 

Walter Anestiades[/vc_column_text][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][/vc_column][/vc_row]

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