SANTA ANA. El caso de homicidio de Víctor Márquez Dos Santos continúa en boca de todos y pese a que para la policía el hecho está resuelto, la pregunta principal que se hace la opinión pública es “¿Por qué lo mató?”.

El principal sospechoso del hecho es el oficial subayudante de apellido Vergara, uno de los tres policías detenidos, a raíz de que “se quebrara” y declarara como testigo una de las agentes que participó de la patrulla en la noche de la ejecución, ocurrida entre el 23 y 24 de agosto pasado en Santa Ana.

Testimonio crucial y fundamental

Mauricio Hadad, abogado querellante, representante de la familia de Víctor Márquez Dos Santos habló en exclusiva con MisionesCuatro y reveló que “fue crucial y fundamental” el testimonio de la agente, pero aseguró que “otros testimonios relacionaron a la policía en la trama”.

El abogado opinó que el hecho está caratulado como homicidio agravado y confirmó que discuten la posibilidad de cambiar la caratula a homicidio doblemente agravado, por la condición de funcionario policial y la manera en la que fue ejecutado el adolescente.

“Se encuadra en lo que se denomina ‘gatillo fácil’”, dijo el letrado y agregó que “es un abuso de la autoridad que termina con el asesinato del joven”.

¿Por qué ejecutaron a Víctor?

Sobre el móvil del crimen y los motivos de este policía que terminaron con la ejecución del adolescente, el abogado confirmó que existen versiones que indican que en aquella trágica noche, Víctor estaría con alguien más; pero aclaró que en las testimoniales no se pudo probar y tampoco identificar a alguien más.

“La versión de la agente de policía que denuncia el hecho, ella habla de que vio a alguien más, pero es motivo de investigación”, manifestó  y detalló que hay más de 30 testigos que declaran en el caso para aportar datos del crimen.

Marchas y pedidos de justicia

Mientras tanto, familiares, amigos y vecinos de Santa Ana continúan exigiendo justicia por Víctor y marchando en el pueblo.

“Para nosotros fue una ejecución. Esta vez la pasó a esta familia, pero nadie está exento. Una muerte no puede quedar impune”, había manifestado una vecina de Santa Ana.