Las sospechas se centraron rápidamente en la empleada, quien había trabajado en la casa durante varias jornadas. Ante esta situación, la Dirección de Cibercrimen comenzó a investigar el caso. Fue así como descubrieron que la mujer había estado publicando anuncios de ropa femenina en una red social, desde hace aproximadamente dos meses.
El juez de instrucción, tras analizar las pruebas, ordenó la detención de la acusada. La mujer fue arrestada y trasladada a una sede policial, donde quedó bajo custodia. Además, se procedió al secuestro de su dispositivo móvil para realizar los peritajes pertinentes y comprobar la conexión con los delitos cometidos.
Este hecho pone de manifiesto cómo las plataformas digitales se han convertido en un nuevo espacio para el comercio de objetos robados, un desafío que las fuerzas de seguridad continúan enfrentando con cada vez más herramientas tecnológicas.