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Negaron excarcelación al asesino de Mariano Skeppstedt

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Eduardo Paredes, el defensor de Pablo Schanderl, el joven que golpeó y causó la muerte al hombre de 65 años, se quejó por la decisión de la justicia de impedir la prisión domiciliaria y remarcó que se trata de un homicidio preterintencional y no un femicidio vinculado, al ser la víctima, padre de la ex pareja del detenido.

Negaron excarcelación al asesino de Mariano Skeppstedt

ELDORADO. Tras la decisión de la jueza de Instrucción 2 de Eldorado, Nuria Allou, quien sigue la causa por el homicidio de Mariano Skeppstedt (65), de denegar el pedido de excarcelación de Pablo Schanderl, su abogado Eduardo Paredes, cuestionó esa decisión y arrojó un manto de sospechas sobre el trasfondo del caso, que vinculó a los nexos entre la víctima y el diputado nacional, Ricardo Wellbach.

Paredes había solicitado que la causa sea recaratulada, de Homicidio Simple a Homicidio Preterintencional y ligado a esa recalificación, pidió que Schanderl sea beneficiado con la prisión domiciliaria y el control electrónico a través de una tobillera. Pero la jueza denegó ambos pedidos, motivo por el cual, Paredes cuestionó su accionar, que vinculó a la relación familiar entre Skeppstedt y Wellbach.

“No se dijo ni se va a poder decir nunca, por qué la causa está caratulada como homicidio simple, cuando es un homicidio preterintencional. Está acreditado que (la víctima) recibió un golpe que le causó una conmoción cerebral, (Skeppstedt) cae y lastimosamente, al ser cemento, se produce esto”, comentó Paredes, insistiendo en que su defendido no tuvo la intención de matar al padre de su ex novia.

El abogado insistió en que fue la caída la que provocó la muerte y no el golpe en sí de Schanderl a Skeppstedt, y la jueza Allou “jamás pudo caratular la causa como homicidio simple y circulan versiones de que lo hizo por el vínculo con un conocido diputado nacional”, fustigó. “No puedo afirmar esto, pero sí puedo decir que la calificación está vinculada a la trascendencia del caso y los miedos que pueda tener la jueza”, sostuvo Paredes, para quien es posible que exista una presión política para empeorar la calificación penal del hecho.

“Dada la permeabilidad de la justicia (misionera) al poder político, es posible”, insistió.

En tono crítico hacia la Justicia, Paredes consideró que los tribunales misioneros no se guían por el código penal, sino por “lo que consideran que es” la opinión pública, y en casos de resonancia mediática, más aún.

El abogado admitió incluso que la fiscalía pretende convertir el homicidio en un femicidio vinculado, al ser la víctima, padre de la ex pareja de Schanderl, quien lo denunció por amenazas de muerte.

“La jueza no puede explicar por qué califica el caso como homicidio simple. Tienen la idea de transformarlo en un femicidio vinculado, lo que es técnicamente imposible. Conozco a los jueces penales de acá y el nivel técnico que tienen. Quieren tenerlo detenido a este muchacho como sea. En algún momento va a cambiar la calificación. Si es cierto que hay una presión del diputado nacional, le pido que no degrade más las instituciones en Misiones”, fustigó Paredes, contra la jueza Allou y contra el diputado Wellbach.

Repreguntado sobre si el presunto contexto de violencia de género que sirvió de antesala al violento encuentro del 28 de Junio en Eldorado, cuando el joven golpeó a su ex suegro –provocándole la muerte-, Paredes dijo que no está probado que su defendido haya amenazado a la hija de Skeppstedt. Y en todo caso, se trata de dos causas diferentes y no se lo puede juzgar a Schanderl como culpable por una especie de “sentencia previa”, “por el peligro de lo que él pueda hacer”.

“En este caso no es femicidio. No se puede penar a alguien por algo que no hizo”, enfatizó Paredes, poniendo de relieve que su defendido tiene una denuncia por “daños y amenazas” del novio de la mamá de su hijo. “Tiene una denuncia por amenaza y una supuesta violación de una restricción perimetral de la que creo que no fue notificado, por una causa de un novio de las parejas. Pero esas son imputaciones. Y después una suma de testimoniales para lo que se pretende hacer (el femicidio vinculado)”, cuestionó Paredes, nuevamente apuntando al nexo entre Wellbach y la víctima –Mariano Skeppstedt era cuñado del diputado nacional.  

Sobre el final, Paredes, recalcó que la justicia misionera sigue siendo patriarcal, y “sobreactúa en algunas causas por cierta razón. Si bien puede decirse que hay conductas patriarcales (del acusado) por algunas amenazas, este no es un caso de femicidio (vinculado). Que uno contemple las cuestiones de género no excluye las garantías fundamentales de las personas, para que sean condenadas dentro del principio de la legalidad y dentro del alcance de los tipos penales”, comentó el abogado.

Los violentos mensajes del acusado a la hija de la víctima

Cabe recordar que en el marco de esta causa, trascendieron los violentos mensajes que Schanderl habría enviado a la hija de su víctima, que dan cuenta de actitudes patriarcales en el contexto de una sociedad jaqueada por los femicidios evitables. El día del homicidio, Schanderl amenazó a su ex pareja e hizo extensivas las amenazas sobre su ex suegro, y a la postre, víctima fatal.

Tal y como contaron los familiares de la víctima, los mensajes de texto -en el WhatsApp estaba bloqueado-  empezaron a cerca de las 3 de la mañana, hora que la joven le pidió: “Andá a dormir y dejame de joder, ¿querés?”. Pasaron una horas, hasta que las 9.21 hs., el acusado retomó el contacto.

El empresario le reclamó una supuesta infidelidad, pese a que la relación ya había terminado hace varios meses y tenía prohibición de acercamiento por una denuncia por violencia de género: “Estoy esperando que salgas del trabajo para ir a tu casa. Te voy a romper toda la cara. Te voy a romper todo, puta malnacida y la remil puta, no aprendés más”, escribió el acusado, según la denuncia.

“Vos me amenazás y le escribo a tu mamá. Te aviso, dejame de joder. No tengo nada que ver con vos ni con ese chico, así que dejame de joder”, fue la respuesta de la joven amenazada. En esos momentos, la joven llamó unas siete veces a la madre del acusado, pero ésta no atendió sus pedidos.

A las 9.25, Schanderl escribió nuevos mensajes amenazantes: “Ya te voy a esperar afuera de tu casa, andá con tu papá que quiero pelear bien. Con tus primos, todo. Desbloqueame del WhatsApp ya la re milputa, la maldad que te espera, ni me conocés, estoy esperando a que salgas del laburo”, continuó el acusado, que mide unos dos metros y pesa más de 100 kilos. 

Después de varios mensajes, la hija Skeppstedt (65) le responde: “Me das asco, borrate y dejame en paz”, dejando en claro que no quería hablar más con él. “¿Qué borrate? Vos me das asco. Y asco me va a dar tu cara, puta de mierda, quiero ver si me vas a mentir en la cara”, fue la respuesta del acusado, poco antes de encontrar a Skeppstedt, golpearlo y provocarle la muerte.

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