Política

Como gesto de apoyo a Venezuela, Argentina abandonó del Grupo de Lima

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La salida fue informada por Cancillería, que considera que las acciones implementadas por el Grupo de Lima “no han conducido a nada”.

Como gesto de apoyo a Venezuela, Argentina abandonó del Grupo de Lima
Grupo de Lima. Foto: Celag

A más de un año después del inicio de la presidencia de Alberto Fernández, Argentina formalizó el cambio en su política exterior respecto a Venezuela: dejó el Grupo de Lima, entidad que nuclea a los países que condenan el régimen de Nicolás Maduro.

La información por confirmada por Cancillería mediante un comunicado. El texto además apunta a la oposición venezolana, que llevó a que el grupo adoptara “posiciones que nuestro Gobierno no ha podido ni puede acompañar”.

Fuentes oficiales confirmaron que el Presidente Alberto Fernández tomará distancia del grupo que apoya a Guaidó y cuestiona la grave situación política, social y humanitaria que tiene lugar en Venezuela.

En cambio, Fernández privilegiará el vínculo con el Grupo Internacional de Contacto sobre Venezuela, que impulsa principalmente la Unión Europea y del que Argentina forma parte desde agosto para “buscar soluciones pacíficas y democráticas a la crisis que viven los venezolanos”, según indicaron.

El comunicado completo de Cancillería sobre la salida de Argentina del Grupo de Lima

En el día de la fecha, la República Argentina formalizó su retiro del denominado Grupo de Lima, al considerar que las acciones que ha venido impulsando el Grupo en el plano internacional, buscando aislar al Gobierno de Venezuela y a sus representantes, no han conducido a nada. Por otro lado, la participación de un sector de la oposición venezolana como un integrante más del Grupo de Lima ha llevado a que se adoptaran posiciones que nuestro Gobierno no ha podido ni puede acompañar. 

Una vez más, reiteramos que la mejor manera de ayudar a los venezolanos es facilitando que haya un diálogo inclusivo que no favorezca a ningún sector en particular, pero si a lograr elecciones aceptadas por la mayoría con control internacional. Es claro que no pueden las autoridades venezolanas desconocer, sin embargo, que producir las condiciones para un diálogo que resulte productivo es primordialmente su responsabilidad. Un diálogo del que deben formar parte, pero del que no puede apartar a la oposición en su conjunto. Un diálogo que sin duda se vería enriquecido con voces provenientes de los principales actores sociales del país, como la Iglesia, el sector empresario y las organizaciones no gubernamentales, sin exclusiones.

En un contexto en el que la pandemia ha hecho estragos en la región, las sanciones y bloqueos impuestos a Venezuela y a sus autoridades, así como los intentos de desestabilización ocurridos en 2020, no han hecho más que agravar la situación de su población y, en particular, la de sus sectores más vulnerables. Es importante señalar que las sanciones han afectado el goce de los derechos humanos de la población venezolana, de acuerdo a lo que se constata en el informe de la Relatora Especial sobre las repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos.

Con este espíritu, la Argentina continuará sosteniendo su compromiso con la estabilidad en la región, y buscará encaminar soluciones pacíficas, democráticas y respetuosas de la soberanía y de los asuntos internos de cada Estado.

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