Su cruce con el ex ministro Alfonso Prat Gay por la economía, sus críticas a la ex gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal por los hospitales sin equipamientos, hospitales inaugurados, en varios casos, más de una vez en Buenos Aires por Cristina Fernández con formato de cáscara vacía.

El último cruce del presidente fue con Suecia, cuando hizo el anuncio de extensión de la fase 4 de la cuarentena, en la cual hizo una comparación sobre las consecuencias del coronavirus en Argentina y en el país nórdico y, rápidamente, recibió una respuesta de la Embajada de ese país.

Fernández recibió de parte de Suecia una respuesta que pareció una lección, que sembró de paso interrogantes sobre el mecanismo de toma de decisiones. Evidentemente, nadie le informó con precisión sobre las características del modelo sueco para combatir la pandemia, que, de hecho, fue avalado por la OMS.

La cancillería Sueca respondió que “pasará tiempo hasta que sepamos qué modelo funciona mejor”.

 Está implícito que el modelo argentina está incluido dentro de esas posibilidades.