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Desde hace meses cuida a su hija internada y la Obra Social no la asiste para poder volver a su casa

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Marisel Cáceres reclama judicialmente que IOSFA cumpla con el derecho que le asiste a su hija Camila, quien quedó cuadripléjica luego de una neumonía que derivó en shock séptico y coma inducido. Cáceres tiene otro hijo al que no ve desde Diciembre.

Desde hace meses cuida a su hija internada y la Obra Social no la asiste para poder volver a su casa

POSADAS. Una desgarradora denuncia pública contra IOSFA (Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad) se conoció este miércoles, en la voz de Marisel Cáceres, quien reveló a MisionesCuatro que desde el 27 de Diciembre está acompañando a su hija internada en el Hospital Pediátrico Fernando Barreyro, con un cuadro de cuadriplegia y parálisis cerebral tras una complicación por una neumonía.

Según Cáceres, en el Hospital le dijeron que ya podría llevar a su hija Camila (13) de regreso a su casa, aunque precisa de acompañantes terapéuticos porque la pequeña quedó con una severa discapacidad. La mujer añadió que tiene otro hijo al que no ve desde entonces, el que está siendo cuidado y criado por una vecina, según el relato de la mujer. Además, Cáceres reveló que ya presentó una demanda judicial para que IOSFA cumpla con sus obligaciones y asista a la niña. Por otra parte, Cáceres contó que no tiene familiares en Posadas. Así, pues necesita de los acompañantes las 24 horas, no sólo para poder volver a su casa y criar a su hijo, sino también para poder salir a trabajar.

Desde la Defensoría de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, no se comunicaron con ella para interiorizarse del caso.

El inicio del drama de Camila y su familia

En diálogo con MisionesCuatro, Cáceres contó que el 26 de Diciembre (madrugada del 27) llevó a Camila “caminando” a la guardia pediátrica, “y cuando la atienden le hacen una placa de rayos X. Me dicen que mi hija tenía neumonía y que la iban a revisar. Activaron un protocolo Covid, por los síntomas. Pero mi hija nunca tuvo fiebre. En ese momento no había escuela”, contó la mujer.

“Quisieron darle internación domiciliaria. La estábamos tramitando con la obra social IOSFA, del papá. Pero empeoró entró nuevamente en Terapia Intensiva y tuvo un shock séptico. Quedó internada. Después del primer episodio, ella tiene un CUD (Certificado Único de Discapacidad)”, detalló Cáceres, añadiendo que cuando salió de terapia “ya no era” la misma niña que ingresó al Hospital. “Tuvo un paro (respiratorio) de 30 minutos cuando ingresa a la guardia pediátrica”, contó la mujer, añadiendo que la niña era sana y no tenía ninguna patología preexistente.

A fines del 2020, “empezó con un poco de tos y la traje a la guardia. Ingresa a terapia intensiva porque me dicen que estaba aislada. El médico de guardia no sé con qué la medica, y ella lúcida, me dice, ‘mamá, me estoy quemando’. Se desespera y le pregunto al médico si eso era normal, me dijo que sí. Pregunté qué le habían (dado) y me dijo que estaban trabajando y cuando terminemos te vamos a decir qué le estamos suministrando”, contó la mujer.

“Subimos a Terapia Intensiva, en el segundo piso. En un ascensor, sentada mi hija en una camilla, con el tubo de oxígeno. Con una mano se sostenía la máscara y con la otra mi mano. Las terapistas me dijeron que no podía pasar porque era área restringida. Me dijo ‘mamá no me dejes’ y fue lo último que dijo mi hija”, reveló Cáceres, visiblemente dolida sobre la trágica historia.

“A la hora me llama la doctora y me dice que mi hija había dado un paro de 30 minutos con falla multiorgánica. Y que Camila podría haber perdido parte (de la función cerebral). Estaba intubada con un cateter en el corazón. Y la doctora me comunica que ellos inducieron al coma (farmacológico)”, relató la mamá, sobre el drama vivido con su hija el 27 de diciembre. Ahora, la pequeña padece paralisis cerebral, insuficiencia renal terminal y cuadriplegia, según detalló la mujer.

El pedido para que la Obra Social cumpla con la asistencia

En ese contexto, desde el Hospital le informaron que podría llevarla a su vivienda, pero necesita acompañantes terapéuticos. “Tengo un hijo de 15 años, que desde que (Camila) está internada, no lo veo. Se está quedando con una vecina, que le cuida muy bien a mi hijo Máximo. Estamos en comunicación siempre. Yo acá no tengo familiares, por eso pido a la obra social Iosfa que me pongan acompañante terapéutico las 24 ahoras, para que pueda salir a estar con mi hijo”, expresó.

Marisel confió que su hijo extraña a su hermana, pero ella tiene que prepararlo para que entienda que Camila “no va a volver”. “Tengo una abogada que está haciendo los papeles. La obra social se niega porque dicen que el hospital debe tener los acompañantes terapéuticos. Pero el hospital no los tiene”, precisó Cáceres. “Sé que en algún momento mi hija se va a ir (fallecer). Me negué a levarla así a mi casa, porque no quiero que mi hijo sufra. Cómo le saco de la cabeza el daño psicológico que le voy a provocar”, planteó Marisel.

Consultada al respecto, Cáceres contó que la última comunicación con la obra social IOSFA fue a fines de julio. “Les pedí los acompañantes terapéuticos. Mi hija tiene un CUD y le corresponde porque lo avala la ley. Pero me dijeron que iban a ver. Pero no me dieron respuestas. A mi abogada le dijeron que no iban a cubrir los acompañantes terapéuticos si los médicos no los piden. Pero los médicos dijeron que no pueden pedir porque consideran que Camila puede ir a la casa. Toma la leche por goteo, vomita y es hipotensa”, se quejó la mujer.

Los médicos del hospital “cumplieron con el oficio que envió la jueza. Me dieron el espacio y todas las cosas que necesito. Pero no pueden poner acompañantes porque no es su parte. Me dicen que pida a la obra social. Ya no sé qué hacer. Necesito ir a mi casa y estar con mi hijo. Los médicos no me niegan los acompañantes, pero lo tiene que dar la obra social”, insistió Cáceres.

El Defensor de los Derechos de los n/n/a, totalmente ausente

Sobre el final, ante la consulta de este medio, Cáceres confirmó que el Defensor de los Derechos del Niño, Niña y Adolescente, Miguel Molina, no se comunicó con ella. Tampoco lo hizo nadie de su equipo en la defensoría. Pese a que pasaron más de 8 meses desde la internación. “No se comunicaron conmigo en este tiempo”, reveló la mujer, dejando al desnudo la desidia del organismo que preside Molina, que hasta el momento, no se involucró en el caso.

Miguel Molina, titular de la Defensoría de Derechos de n/n/a en Misiones
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