BUENOS AIRES. Una de las funcionarias que quedó en la mira de un sector del Frente de Todos, el que responde al presidente Alberto Fernández, es la titular del INADI, Victoria Donda, quien se sumó a la ola de renuncias de funcionarios y ministros ultrakirchneristas, para forzar un cambio de gabinete tras la durísima derrota del oficialismo en las PASO.

Nada parecía indicar que Donda, nombrada en el Inadi por Alberto, se terminaría sumando días después de las PASO a la ola de renuncias instigadas por la vicepresidenta Cristina Kirchner, que se inició con la dimisión del ministro del Interior, Eduardo de Pedro y que generó un cataclismo político en el Gobierno.

Según La Nación, fuentes de la Casa Rosada no escondían su disgusto para con Donda, a quien consideran “tropa propia” y a la que defendieron cuando estalló el escándalo con su exempleada doméstica. Cabe recordar que Arminda Banda Oxa denunció que la exdiputada nacional le habría ofrecido un puesto en la entidad que defiende los derechos de las minorías, a cambio de que no la denuncie por mantenerla empleada en negro durante años.

El resultado de las renuncias en masa, con el objetivo manifiesto de Cristina Kirchner, de remover al ahora ex Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, es de público conocimiento: el presidente no aceptó las renuncias de De Pedro y Donda, entre otras.

Sin embargo, desde el sector “albertista” del gobierno afirman que habrá memoria en relación a este y otros gestos que pusieron en jaque al Gobierno. Y que la relación con Donda está quebrada, por lo que su futuro en la coalición de gobierno, es una incógnita.

Paella y festejo tras la derrota del FdT

Por lo pronto, trascendió que Donda no se mostró muy afligida el lunes 13 de Septiembre, tras la paliza electoral de Juntos por el Cambio, que se impuso por unos 10 puntos por sobre el Frente de Todos. A tal punto que Donda fue a almorzar paella con tres acompañantes a un conocido bodegón porteño.

Según curiosos e indiscretos testigos de la escena, Donda evidenció un buen humor permanente durante el almuerzo. Es decir, sin rastros aparentes de la angustia que sí exhibieron otros miembros de la coalición gobernante ese mismo día, consumada la categórica derrota electoral del FdT. “¿Habrá festejado la derrota?”, se preguntaron desde una de las mesas vecinas.

Lo cierto es que dos días después, presentó su renuncia –no indeclinable, claro– y se alineó con La Cámpora y el ultrakirchnerismo.