BUENOS AIRES. El gasto del Estado en subsidios siguió incrementando en abril, mientras se prolongaba el congelamiento de las tarifas de servicios públicos. Según datos oficiales, en los primeros cuatro meses del año las reparticiones para subvenciones crecieron un 51 por ciento en términos nominales en relación con el primer cuatrimestre de 2020, y lo hicieron un 230 por ciento al comparar la partida presupuestaria utilizada en ese lapso de 2019, cuando tuvo lugar el último ajuste.

Los datos oficiales muestran que el gasto en subsidios se incrementó de manera notoria desde el inicio del congelamiento tarifario. Esto tuvo lugar porque, al mantener “fijo” el costo que pagan los usuarios, el Estado necesita compensar con mayores montos el precio de la cadena de la energía, desde la producción hasta la distribución a los hogares.

Un estudio reciente realizado por los economistas especializados en energía Alejandro Einstoss y Julián Rojo marcó que en los últimos 24 meses los subsidios -medidos en dólares- crecieron a un ritmo del 50 por ciento anual. Según ese informe, existe un riesgo de que esa aceleración “se transforme en un ‘tsunami’ de subsidios como el que ya enfrentó la economía entre el 2010 y 2015″, afirmaron.

En ese sentido, el estudio recuerda que hace diez años, en abril de 2011, los subsidios energéticos anualizados alcanzaban los 6.600 millones de dólares, pero crecieron rápidamente hasta llegar a 10.000 millones de dólares anuales hacia diciembre del mismo año. Fue el inicio, prosigue el informe de un “tsunami” que tuvo su momento culmine en julio de 2015. En ese momento el monto de subsidios anuales escaló hasta los 17.000 millones de dólares.

Durante el Gobierno de Mauricio Macri, los subsidios energéticos fueron reducidos en un 72 por ciento, por lo que terminaron en unos 4.700 millones de pesos hacia diciembre de 2019.

Los últimos datos publicados por la Secretaría de Hacienda dejan ver cuál es la progresión del gasto en pesos que hace el Estado en subvencionar las tarifas, una partida presupuestaria que el ministro Guzmán definió hace algunas semanas como “pro-ricos”, por su efecto regresivo ya que, estiman, benefician proporcionalmente más a los niveles más altos de la economía.

En el primer cuatrimestre de 2019, lapso en el que tuvo lugar el último aumento, el Gobierno acumuló 75.659 millones de pesos en subsidios. Un año después, la cuenta presupuestaria de subvenciones ya había escalado a 166.236 millones de pesos, lo que implicó en ese momento un incremento de casi 120 por ciento medido de forma nominal.

Y en los primeros cuatro meses de 2021 Hacienda destinó para subsidios económicos unos 251.177 millones de pesos. Esto representaría una suba de 51 por ciento nominal respecto a 2020 y de nada menos que 231 por ciento en relación con 2019, el último año con subas tarifarias.

Según el informe de Einstoss y Rojo, en base a supuestos de demanda de los organismos oficiales y asumiendo que los aumentos anunciados para gas y luz, los recientes aumentos de gas y luz serán los únicos del año, el estudio estima que los subsidios sumarán 904.918 millones de pesos, de los cuales Cammesa insumiría 633.781 millones pesos, otros millones serían para IEASA, el Plan Gas Plan gas no convencional 58.057 millones de pesos y el “estímulo” a la producción de GN otros 71.000 millones de pesos.