“En Venezuela, el sueldo no alcanza para comer”

[vc_row][vc_column][vc_media_grid element_width=”3″ grid_id=”vc_gid:1534787135281-0410931e-0ffb-6″ include=”193079,193080,193081,193082″][vc_column_text]Lo dijo Doraly García, una ingeniera geóloga que trabajaba para el gobierno e integra el grupo de migrantes forzados venezolanos, que está refugiado en el Gran Posadas. Su pareja, José León Toro Mejías, aseguró que en el país gobernado por el régimen chavista de Nicolás Maduro, “deciden dejar el país para preservar la vida y la dignidad”. “Hay escasez de medicamentos y los alimentos llegan de contrabando a costo de mercado negro”, aseveró.[/vc_column_text][vc_column_text]GARUPÁ. Cerca de 49 ciudadanos venezolanos, autodenominados migrantes forzados, residen en un centro de refugiados de Gran Posadas, con la asistencia de una Iglesia Luterana. Doraly García, una ingeniera geóloga, y su pareja, José León Toro Mejías, accedieron a hablar con MisionesCuatro, dando cuenta de la realidad en el país controlado por el régimen chavista que ahora encabaza el presidente Nicolás Maduro.

Toro Mejías sostuvo que no son refugiados, sino inmigrantes forzados, porque “nadie quiere salir” de Venezuela, pero se ven obligados a hacerlo, para “salvar la vida y la dignidad”. “A la buena de Dios quedan nuestras casas, nuestras cosas y muchas veces, nuestras familias. Tenemos un gobierno divorciado del cuidado de los ciudadanos”, sostuvo Toro Mejías.

El migrante forzado insistió en que es real que no hay medicamentos en la Venezuela del chavismo y los alimentos “llegan por contrabando a través de la frontera. Los alimentos son considerados mercancías de tráfico restringido y llegan de manera ilegal, a costos del Mercado Negro”, puntualizó el migrante forzado, que aseguró que un kilo de arroz llega a costar casi tres veces más que el salario.

En la misma línea, su pareja, la ingeniera geóloga Doraly García, aseguró que aún trabajando en el gobierno y siendo profesional –tal era su caso, el sueldo no alcanza para cubrir los gastos de transporte y alimentos, obligando a las personas a optar entre “comer o ir al trabajo”.

Doraly, contó que hace dos meses que están en Posadas, y se mostró muy agradecida con la solidaridad recibida. “Allá no se puede vivir. Mi sueldo sólo me alcanzaba para el transporte. Entonces, ¿con qué comíamos? O compraba para comer o iba a trabajar. Los sueldos mínimos eran muy bajos para comer. Los venezolanos hoy día, están inventando para sobrevivir”, aseguró la profesional.

La mujer sostuvo que esperan poder volver a Venezuela, cuando el régimen de Maduro deje el gobierno.

Según Toro Mejías, hay unos 250 venezolanos migrantes forzados en Misiones, los cuales han recibido “el apoyo del gobierno nacional, de la Iglesia Luterana, del Inadi Misiones y de la gente. El venezolano está siendo expulsado y es innegable que van a seguir viniendo”, añadió el entrevistado.[/vc_column_text][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][vc_column_text]