Política

Hugo Passalacqua, la biografía de un mediocre

cargando anuncio

Leé la editorial del corresponsal de MisionesCuatro, Walter Anestiades denominada “la biografía de un mediocre” donde analiza con detalle al actual Gobernador de Misiones, Hugo Passalacqua.

Hugo Passalacqua, la biografía de un mediocre

[vc_row][vc_column][vc_single_image image=”57879″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Hugo Mario Passalacqua  vino al mundo en Oberá, Misiones, hace seis décadas. En el momento del calendario en que el signo de Escorpio empieza a despedirse antes de que llegue Sagitario. En un año que en el horóscopo chino fue dominio del Gallo. Un obereño que podría, perfectamente, ser un citadino ubicable en cualquier urbe. Quizás en algún café de Buenos Aires. En el  barrio de Flores.

Es hijo de un ícono cultural local como Teresa Morchio, una persona que tuvo una formación intelectual sólida y fue ampliamente reconocida. Eso le abrió la mitad de las puertas que tocó. Cuando se casó con Viviana, la prima de Carlos Rovira, se le abrió la otra mitad.

Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires, donde debe haber aprendido bien la importancia de los mass-media en la construcción de capital simbólico. En Oberá militó en la juventud radical y se unió a  la agrupación “Clave de Fa” cuando la Facultad de Arte aún no era de Diseño. Corría la génesis de este siglo XXI cuando el desacuerdo con los candidatos  elegidos por “Clave de Fa” para ocupar el decanato de la facultad fue la excusa conveniente para que Passalacqua y su grupo se alejaran y armaran “Unarte”, el extendido brazo universitario de la flamante renovación. ¿Qué era y es la renovación?  Una sociedad  política  que nació de dos mejicaneadas: la de Carlos Rovira al partido Justicialista y la de Maurice Closs a la Unión Cívica Radical.  Rovira había pasado, de la mano de Ramón Puerta, de cebar mates  a ser gobernador. Closs era el joven titular del comité provincial radical. En 2003 decidieron que era más negocio para ambos rearmar algo viejo pero vendido como nuevo ya desde el nombre. Y fue negocio. En el sentido que se pretenda del término.

Con ellos en el Poder Misiones se uniría a la patética lista de feudos argentinos.

Passalacqua fue ministro de Educación de Rovira, lugar al que llegó tras abandonar el vicedecanato en Artes. En el cargo, como buen caminante, no dejó huella. No hubo nada novedoso ni revolucionario para adjudicarle. Tampoco tuvo descuidos obscenos. Una tarea incolora que le permitió sumar puntos adentro del partido. Es que en el Frente Renovador de la Concordia Social se hace carrera sabiendo hacer silencio y sin definir nada porque para definir ya está el eternizado Presidente de la Cámara.  Por debajo de Rovira la competencia es a ver quién se calla mejor.

Y Passalacqua siempre se calló bien. A él le cabe fenómeno aquella definición de sí mismo del director de cine Federico Fellini cuando afirmó: “Soy un artesano que no tiene nada que decir, pero sabe cómo decirlo”.

La retórica “del Hugo” se ha mantenido igual desde sus tiempos de Isidoro obereño hasta que llegó a la gobernación. Nunca dice nada. Pero sabe como decirlo.

Pocos recuerdan que Passalacqua se postuló a alcalde de su ciudad en 2007. Apenas juntó unos quinientos votos frente a los más de diez mil que sacó Ewaldo Rindfleisch. También pocos recuerdan-y algunos prefieren no recordarlo-que Rindfleisch obtuvo su primera reelección no por la renovación sino por el Frente para la Victoria. Y que hasta cantó la misma marcha peronista que inmortalizó Don Hugo Del Carril. Tras la tunda electoral recibida, Rovira comprendió el mensaje: en Oberá Rindfleisch no precisaba de la renovación para ganar elecciones. Era al revés.

Se asegura por ahí que goza de una alta imagen positiva. Debe ser cierto y no hay nada de que extrañarse. En las sociedades feudales una clara mayoría gusta de seguir la corriente. Por miedo o por complicidad pero más por complicidad.  No saben lo que nos enseñó Cicerón.  Que la libertad no consiste en tener buenos amos sino en no tener ninguno. Y para esa clase de personas no hay corriente más fuerte ni atractiva de seguir que la provocada por el mar del Poder. El Poder que ejerza un buen amo.

En 2015 Passalacqua, que venía de ser vicegobernador de Closs, fue elegido por el republicano dedo de Rovira para sacarle el vice al cargo. Era el candidato ideal. Porque su origen es radical pero está lejos de provocar alergia en los peronistas renovados. Tampoco puede aspirar a la reelección, dado que viene de ser vice. Y es un estupendo administrador del status quo. Con plafón para negociar ayer con el kirchnerismo y hoy con el PRO ¿Reproches por incoherencia ideológica? No desde ese partido.

¿Y el futuro? Rovira ha acostumbrado  a su pueblo al cortoplacismo. De modo tal que para muchos  el futuro no dura más que veinticuatro horas. Passalacqua es una persona ideal para el mientras tanto. Hasta que Rovira, al que no le da la salud para volver a intentarlo él mismo, decida si Oscar Herrera Ahuad u algún otro será el bendecido para la candidatura a gobernador en 2019.

El gobierno de Passalacqua consiste en gente que no sabe gobernar, ocupando cargos que no saben merecer, gracias al voto de gente que no sabe exigir.

No es un concepto peyorativo sino una descripción real. Sintetiza a una provincia atrasada y con una pauperización de la calidad de vida que lastima profundo.  Una realidad inaccesible solo a quién cobra para no verla o a quién le pagan para no mostrarla.

Passalacqua mantiene con el Presidente Macri una relación de tipo turística. A veces Macri lo lleva de paseo en el avión. A cambio el gobernador de Misiones no consiguió absolutamente nada que beneficie a productores yerbateros, tealeros, tabacaleros o madereros. Macri prometió en campaña electoral ocuparse de las economías regionales. Una vez en el gobierno se ve que se le olvidó. Y Passalacqua, hasta el momento, ni se molestó en recordárselo.

¿Y por su“querida” Oberá? ¿Qué hizo?  En dieciséis meses de gestión acomodó al ex alcalde Ewaldo Rindfleisch-el mismo que dejó a la ciudad en ruinas-como Director de Arquitectura provincial. Y a la mujer de Rindfleisch. Y al hermano de Rindfleisch. Y al que era la mano izquierda de Rindfleisch en Oberá. Y al que era el delfín de Rindfleisch. Y a la esposa del delfín de Rindfleisch. Además le dio el dinero (el de la gente) a la Federación de Colectividades para que le pague a ARQUEV. Que es Rindfleisch. Y le dio más dinero (de nuevo el de la gente) al abogado de ARQUEV. Que es Rindfleisch. Poniendo al estado a pagar los honorarios de un profesional en un juicio entre privados. Obviamente la cuentan cómo quieren: que el estado subsidia a “la Fiesta”. Luego es Federación la que decide en que invertir el dinero. Luego uno se chupa el dedo, pone cara de naif y se termina la fábula. Con tantos favores otorgados, habría que investigar si Passalacqua nació realmente en Oberá o en Villa Rindfleisch…

En el 2019 se hará en Misiones un mundial de Futsal, con cuatro subsedes: Montecarlo, Posadas, Eldorado e Iguazú. ¿Y Oberá?

Nada para Misiones. Nada para Oberá. Todo para el club de amigos.

En “El hombre mediocre” José Ingenieros nos cuenta un modo de ser entre cuyos rasgos está el servilismo. Por momentos pareciera que hubiera conocido al gobernador misionero.

Lo enseña la historia. Los líderes no crean sucesores. Y se rodean de mediocres incapaces de eclipsarlos.

Todo Rovira necesita un Passalacqua.[/vc_column_text][vc_column_text]Por Walter Anestiades[/vc_column_text][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][/vc_column][/vc_row]

Comentarios