Durante la asamblea plenaria
que se desarrolla en Pilar durante esta semana, los obispos recibieron en las
últimas horas un informe de la Comisión para el Sostenimiento de la Acción
Evangelizadora de la Iglesia -que preside el obispo auxiliar de San Isidro,
Guillermo Caride-, quien presentó los avances en el camino de la reforma
económica de la Iglesia.
A fines de 2018, en una decisión histórica, la CEA acordó “el
reemplazo gradual de los aportes del Estado por alternativas basadas en la
solidaridad de los fieles”, lo que implicó la renuncia a unos 130 millones de
pesos aproximadamente que recibe cada año, y conformó una comisión que
trabajaría en la creación de un fondo solidario.
Según informaron fuentes de la CEA, los obispos se encuentran
ahora buscando “un camino de mayor concientización entre los fieles del
sostenimiento”, para lo cual quieren “fortalecer la visibilidad de su obra
misionera y evangelizadora en todo el país”.
En ese marco, los obispos resolvieron “impulsar equipos de
pastoral económica en las diócesis y también el desarrollo de nuevas y
creativas herramientas para que los fieles puedan realizar donaciones de manera
más sencilla”.
Para ello, “se presentaron y fueron aprobados los criterios
para la conformación y distribución del fondo común solidario, que tiene como
fin la comunión entre las diócesis”, informó el organismo en un comunicado de
prensa.
Presidida por el titular de la CEA, monseñor Oscar Ojea, la
asamblea plenaria de los obispos se extenderá hasta el sábado en la casa de
retiros El Cenáculo, ubicada en Pilar.
El miércoles, en un mensaje, los obispos pidieron por un “renovado
esfuerzo de diálogo sincero” y “superar las distintas formas de violencia”, al
tiempo que cuestionaron “el delito de corrupción” y abogaron por “una firme
opción ética en los distintos niveles de la vida social”.
Con el título “El fortalecimiento de nuestra Nación”, los
obispos pidieron -ante el recambio de autoridades nacionales- que “la senda
democrática se traduzca en vida digna, desarrollo integral, trabajo para todos,
acceso a la salud y educación de calidad”.
Según la Iglesia, “las mayores hipotecas del país siguen
siendo la pobreza, la exclusión y la desigualdad”, y es por eso que “la Patria
requiere de todos un renovado esfuerzo de diálogo sincero y búsqueda de
consensos en orden a generar síntesis superadoras”.
La Iglesia avanza en su reforma económica
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