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Máximo Kirchner busca ampliar la diferencia para sancionar el aborto legal

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La sesión empezará el jueves, duraría 36 horas y el jefe de La Cámpora busca que se sancione por una amplia diferencia en Diputados.

Máximo Kirchner busca ampliar la diferencia para sancionar el aborto legal

BUENOS AIRES. El proyecto para legalizar el aborto debatido por última vez este viernes en un plenario de comisiones de Diputados, podría ser sancionado el próximo viernes, en lo que se espera una sesión de 36 horas que comenzará el jueves, es decir, al día siguiente del dictamen en comisión. Según trascendió en las últimas horas, Máximo Kirchner, el líder de La Cámpora y jefe de la bancada oficialista en Diputados, está impulsando el proyecto con la intención de que se sanciones. Así, una vez remitido al Senado para su sanción definitiva, Cristina Kirchner podría quedar como la que logró esta ley que sería histórica. Ello pese a que ella misma se opuso durante sus 8 años como presidenta, a que se debata la iniciativa.

Según publicó LPO, cerrar este cronograma fue posible recién en la medianoche del viernes después de largas negociaciones entre Sergio Massa y los jefes de Cambiemos para definir un nuevo protocolo de sesiones remotas. El mismo consistirá en la vuelta de las reuniones presenciales como antes del inicio de la pandemia del coronavirus. Pero con la posibilidad de exceptuarse para quienes integren grupos de riesgo, según el último decreto presidencial que dispuso un sistema de distanciamiento social para Capital y el área metropolitana (AMBA). Se reduce a los mayores de 60 años, embarazadas y personas con enfermedades precedentes.

Los protocolos para que se pueda votar el proyecto en Diputados

Los diputados que cumplan alguna de estas condiciones podrán certificarla ante una comisión integrada por representantes de todos los bloques encargada de evaluar cada caso y diseñar la lista de habilitados para votar desde sus casas. Sesionarán por el VPN y si toman la palabra se verán por pantallas más chicas a las que se lucieron en los últimos 7 meses y se colocarán los próximos días en el recinto.

Había una posibilidad de llegar al día elegido para debatir el aborto sin un protocolo de sesiones que frustre la ley fue real hasta este viernes. Massa no recibía una contrapropuesta de Cambiemos, y el PRO se imponía la línea dura que insistía en retornar a reuniones presenciales sin excepciones. El oficialismo no iba aceptarlo, porque con un par de ausencias se alejaría del quórum posible para aprobar cualquier ley pedido por el Gobierno.

Pero sin un protocolo definido no es posible garantizar la sesión del aborto. Es que si bien quienes militan por su sanción creen que tienen los votos para ganar, no podrían confirmarlo si se vacía una parte del recinto. El último recuento que hicieron garantiza el respaldo seguro de 130 diputados, uno más que la mayoría simple, aunque sólo 124 se pronunciaron. Suficiente, pero no para arriesgar, sobre todo con la presión de los celestes de estas semanas, con movilizaciones en todo el país que llegaron a las casas de algunos legisladores. Los diputados Provida admiten que será muy difícil evitar una derrota, pero aseguran que habrá “conversos de todo tipo”.  

El debate del aborto y la ley de los 1000 días empezará el jueves a las 9 de la mañana y se extendería por más de 30 horas. Viernes por la tarde sería aprobado. Los diputados que constituyan grupos de riesgo podrá ausentarse.

Cómo sería la votación la semana entrante

La primera prueba de presencialidad será el miércoles cuando cuatro comisiones (Legislación General, Salud, Mujer y Diversidad y Legislación Penal) se reúnan para firmar dictamen del proyecto para habilitar la interrupción del embarazo a las catorce semanas de gestación y el de los 1000 días, que apunta a proteger a las embarazadas y niños de hasta 2 años, un intento de compensación de Alberto Fernández a la iglesia católica.

El jueves 10 será la sesión para debatir ambos proyectos, empezaría a las 9 de la mañana y ya se registraron 240 anotados, suficiente para que se extienda hasta el viernes al mediodía o tarde. Habrá negociaciones con las agrupaciones que militan a favor y en contra para que estiren lo máximo posible sus peregrinaciones.

Massa deberá coordinar el operativo de seguridad con Horacio Rodríguez Larreta, a cargo de la policía federal, cuya última colaboración con el Gobierno fue para el velorio de Diego Maradona y terminó con una denuncia penal contra él presentada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

Para evitar una tensión similar, el presidente de la Cámara baja le pidió ayuda en las gestiones a las diputadas Silvia Lospennato y Carmen Polledo, referentes verde y celeste del PRO, ambas con llegada a la administración porteña.

El mismo jueves, además, el Senado podrá tratar el proyecto de ley que cambia la fórmula de movilidad jubilatoria y concentraría manifestaciones de rechazo en las calles que complicarían el operativo.

El lobby de Máximo Kirchner

En este contexto, se supo que Máximo Kirchner está abocado a convencer a los todavía indecisos de su bancada. “Máximo está muy enchufado, habla con todos y viene a las comisiones para seguir el debate. Quiere que la ley salga y con buena diferencia”, contó una diputada opositora que lo vio en acción, según La Nación.

La incógnita todavía se centra en el Senado, presidido por Cristina Kirchner. Hace dos años, esta Cámara rechazó el proyecto por siete votos de diferencia. Sin embargo, ahora los números se anticipan más ajustados. Y los promotores del proyecto no descartan un eventual escenario de paridad.

En ese caso, será Cristina Kirchner, en su condición de presidenta del cuerpo, la que deba desempatar. Se descuenta que votaría a favor y se llevaría los laureles del triunfo. Ello pese a que durante sus 8 años de gobierno ordenó vaciar las comisiones que estudiarían proyectos para legalizar el aborto. Y que las mujeres y niñas que murieron por abortos clandestinos durante ese periodo (2007-2015) son, en parte, su responsabilidad.

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