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Murió María Julia Alsogaray

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Sufría cáncer de páncreas. Había estado internada hace semanas en el sanatorio Los Arcos, pero en los últimos días había vuelto a su casa con su familia.

Murió María Julia Alsogaray

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Sufría cáncer de páncreas. Había estado internada hace semanas en el sanatorio Los Arcos, pero en los últimos días había vuelto a su casa con su familia.[/vc_column_text][vc_single_image image=”132891″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]María Julia Alsogaray murió esta madrugada a los 74 años, víctima de un cáncer de páncreas por el que había sido internada hacía semanas en el sanatorio Los Arcos. En los últimos días, había regresado a su casa con su familia y amigos.

La noticia fue confirmada por allegados de la familia Alsogaray a la agencia Télam

Como si fuera una epifanía, Alsogaray anticipó cuál sería su legado para la posteridad desde la cúspide del poder, hace veintiséis años. “Yo no tengo proyecto político. Mi proyecto es el de Menem y si fracasa…, bueno habrá dos o tres generaciones perdidas. Se lo aseguro”, sentenció en una entrevista con la revista Gente. En efecto, Alsogaray no tuvo otro proyecto que su lealtad al ex Presidente, aunque le costara la prisión.

Debió superar el trauma de ser la hija de su padre, pero logró trascenderlo. Si Alvaro, su padre, el ingeniero, hizo que durante décadas su apellido de estirpe se convirtiera en símbolo del liberalismo y la ortodoxia económica en la Argentina, María Julia logró que el apellido quedara emparentado a un lastre más pesado: la corrupción. Su parábola sirve para iluminar las razones del descreimiento generalizado sobre la política.[/vc_column_text][vc_single_image image=”132894″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Menem la hizo secretaría de Medio Ambiente. La Fundación Vida Silvestre protestó, porque Julita no tenía pergaminos. Ella prometió limpiar el Riachuelo en 1000 días. Pasado el lapso y 35 millones de dólares después, la Cuenca Matanza-Riachuelo estaba peor. El único antecedente que podía exhibir en la materia era su matrimonio con Francisco Erize, el empresario ecologista, con el que tuvo dos hijos: Francisco y Alvarito. “Con Francisco tuve mi primera relación sexual porque lo admiro. La tuve dos años antes de casarme. Si lo hubiese conocido antes, la habría tenido antes, porque de nadie me había enamorado tanto como de él”, reveló a la revista Noticias.

Se separó luego de los rumores de numerosos amoríos, algunos de los cuales incluso apuntaban a Carlos Menem. “No voy a pasar por el trauma de otras mujeres que descubren de golpe que tienen que entrar a solas a una fiesta. Siempre fui sola a todas partes”, contó. Se jactaba de ser una pionera del topless al mismo tiempo que aseveraba que la liberación de la mujer era una elección individual.

 

Tuvo enemigos poderosos también en los 90. La resistía el grupo de los “celestes” de José Luis Manzano, Eduardo Menem, Eduardo Bauzá y a Erman González y Domingo Cavallo, a quien Alvaro Alsogaray llamaba “aprendiz de brujo”. Ella también consolaba al padre de la convertibilidad: “A mí me dicen bruja, directamente”. También la comparaban con la Dama de Hierro Margaret Thatcher. “Si es por lo que hizo, sería un elogio”, decía.

A la cumbre por el cambió climático de Kyoto llevó a su peluquero personal Diego impalgiazzo, que además tenía una extensión de su tarjeta de crédito. Como número 2 en la secretaría designó al ex peluquero de Menem, Enrique Kaplan, que corrió la misma suerte en los juzgados.

Símbolo de la corrupción y la ostentación, el fotógrafo de Noticias Osvaldo Dubini la retrató en Las Leñas para la posteridad insinuando una desnudez (falsa) que solo cubría un tapado de su amiga Graciela Borges.

Fue leal a Menem casi hasta el final y expuso en soledad los sobresueldos que cobraban los funcionarios. Solo atinó a calificar como “titubeantes y contradictarias” las declaraciones del ex Presidente frente a los jueces. Creía que la política tradicional -peronistas y radicales- se cubrían entre sí.

Su respuesta más lúcida la hizo en 1989 a Raúl Portal, acaso anticipando su devenir y legado. “El funcionario -decía María Julia- es esencialmente coimeable y vos caes en esa tentación, pero el sistema es así. Hay que cambiar el sistema”, reclamó.[/vc_column_text][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][vc_column_text]Clarín / vm.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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