Piden que no se llame “asesinas” a las mujeres que pasan por un aborto

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Así lo hizo la antropóloga Ana Gorosito en su exposición en el Concejo Deliberante de Posadas, en el marco de las audiencias por el proyecto para declarar “pro-vida” a la ciudad. “Tenemos una tremenda responsabilidad con el uso de las palabras como subterfugio para disfrazar la realidad, o hacerla más terrible de lo que es”, subrayó en su pedido para que los ediles no acompañen la iniciativa del concejal Pablo Velázquez (Cambiemos).[/vc_column_text][vc_single_image image=”189632″ img_size=”full” alignment=”center” title=”Foto crédito: Gabriela Ayala”][vc_column_text]POSADAS. La antropóloga Ana Gorosito Kramer atacó el fondo de la cuestión vinculada al proyecto del concejal Pablo Velázquez (Cambiemos) para ratificar a Posadas como ciudad “pro-vida”, al reclamar responsabilidad en el uso de la palabra “asesinato” para referirse al aborto.

Insistiendo en que la llamada “defensa de la vida humana” no es un valor claramente definido, Gorosito recordó que no se ha utilizado la calificación de “asesinato” en casos que causaron profunda conmoción social, como el de la muerte de Teresa Warenycia o en el del joven Rafael Nahuel, asesinado de un balazo por la espalda cuando huía de un operativo del Grupo Albatros de la Prefectura Naval, en Villa Mascardi (Bariloche), en Noviembre del año pasado.

“El respeto a la vida en todas sus manifestaciones, no es un valor social claramente definido”, subrayó la antropóloga en el inicio de su exposición en contra del proyecto de Velázquez, este martes en el Concejo Deliberante de Posadas. En “nuestra sociedad, la defensa de la vida tiene límites”, sostuvo la investigadora, subrayando que este tipo de reclamos que se dan cuando “ocurre un hecho aberrante como el del femicidio de Marilyn Bárbaro en Oberá”, pueden devenir en multitudinarias manifestaciones como las del caso Blumberg, en el que cientos de miles de personas reclamaban la pena de muerte.

“Esos valores no son universalmente compartidos, tienen algún gradiente”, enfatizó.[/vc_column_text][vc_column_text]“Por otro lado, en el Senado hemos escuchado hablar del aborto como asesinato, y como Holocausto, lo que fue una exageración. Pero lo que sí prendió y fue repetido es esto del asesinato, de llamar asesinas a las mujeres y a los médicos. Hay una negación de un término más o menos inestable y hay una diferencia. Una cosa es delito y otra conducta criminal y otra asesinato. Hay un asesinato cuando una persona produce la muerte de otra. Para un sector social podría ser que el aborto sea un asesinato, siempre y cuando el niño en gestación sea una persona”, señaló la antropóloga, que puso de relieve, cómo, en determinados contextos, se evita utilizar la palabra asesino/a, que se asigna ahora a las mujeres que pasan por la dolorosa experiencia de un aborto.

En esa línea, Gorosito recordó que en el caso Warenycia del 22 de Noviembre del 2015 -una muerte provocada por la conductora Belén Michalec- se habla de “muerte en accidente de tránsito”, y en el fallecimiento de Rafael Nahuel, del 25 de Noviembre del año pasado, se utiliza otro eufemismo, el llamado “episodio lastimoso” para evitar la palabra “asesinato”.

“En ninguno de esos casos se habló de asesinato. Se usa un subterfugio. Por eso hay un deslizamiento de términos. En cambio, se usa el término de asesinato para una mujer joven en gestación”, que pasa por un aborto, muchas veces, en situaciones de indefensión y sin saber “qué va a pasar con su salud”.

“Para ella un sector de nuestra sociedad reserva el término asesinato”, subrayó la antropóloga, poniendo el énfasis en el doble estándar con el que se maneja el término en determinados contexto sociales y políticos.

Pedido de responsabilidad en el uso de las palabras

“Tenemos una tremenda responsabilidad con el uso de las palabras como subterfugio para disfrazar la realidad o hacerla más terrible de lo que es”, manifestó la Doctora Emérita. Y remarcó su pedido para que “el término asesinato comience a ser contenido, a no ser que sea extendido a todas las otras situaciones (como las de las muertes en accidentes viales)”.

Luego, la científica insistió en que:

“Cuando termine todo este fragor de la celebración de la maternidad, que se ha llevado a un plano casi místico y sagrado, vamos a volver a la realidad de todos los días, en la que una muchacha gestante empleada en una casa de familia o en un comercio, es muy probable que se quede sin trabajo su patrón o patrona no va a tolerar a una madre que falte para cuidar a su criatura. O donde una (estudiante embarazada) va a ser amablemente invitada a que se retire del colegio porque su panza será un mal ejemplo”.

Sobre el final, Gorosito advirtió que si se aprueba la ley de IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo), se van a terminar muchos negocios muy lucrativos, como el ligado a los abortos clandestinos realizados en clínicas y consultorios o el de las adopciones clandestinas. “Esa es la sociedad lastimosamente, en la que vivimos, concejal Velázquez. Hay mucho trabajo que hacer”, sentenció la antropóloga.