Política

El Cupo Femenino y la doble moral de las renovadoras

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Varios dirigentes de la Renovación han defendido el cumplimiento de la Ley 24.012, pero se llaman al silencio sobre los efectos nocivos de la Ley de Lemas en la representación parlamentaria femenina. El sistema electoral impide un reparto equitativo de géneros en órganos legislativos.

El Cupo Femenino y la doble moral de las renovadoras

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Varios dirigentes de la Renovación han defendido el cumplimiento de la Ley 24.012, pero se llaman al silencio sobre los efectos nocivos de la Ley de Lemas en la representación parlamentaria femenina. El sistema electoral defendido a ultranza por la Renovación, en la práctica, impide un reparto equitativo de géneros en los órganos legislativos.[/vc_column_text][vc_single_image image=”143936″ img_size=”full”][vc_column_text]POSADAS. Dirigentes renovadoras como la senadora saliente Sandra Giménez, la senadora electa, Magdalena Solari, la diputada nacional electa Flavia Morales, la ex diputada nacional Stella Leverberg, las diputadas provinciales Claudia Gauto, Noelia Leyría, María Inés Rebollo y Mabel Pezoa, y la concejala de Posadas, Natalia Giménez, por sólo mencionar algunas al azar, han defendido la representación equitativa de géneros en los cuerpos legislativos. Pero sistemáticamente evitan hacer mención a uno de los problemas ocasionados por la Ley de Lemas, que con sus sistema de reparto de cargos por el Sistema D’Hont, en la práctica, termina impidiendo que se cumpla el piso de representación femenina del 30%, en los concejos deliberantes o en la Cámara de Representantes. Es que al repartir cargos en función de la cantidad de votos cosechada por cada sublema, ingresan los que encabezan las listas, que en general, son varones. De esta manera, algunos cuerpos deliberativos quedan conformados casi exclusivamente por hombres, con lo que no se cumple con el espíritu de la Ley nacional 24.012, de Cupo Femenino, que aspira a un reparto equitativo de cargos entre los géneros.

El caso de Posadas, emblemático del carácter patriarcal de la Ley de Lemas

El Concejo Deliberante de Posadas, tras las elecciones del 2015, quedó conformado con 13 concejales varones y una única mujer, Natalia Giménez, la dirigente surgida de la Agrupación Kolina que conduce la ex Ministra de Desarrollo Social y actual gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner. ¿Cómo sucedió esto si formalmente, Misiones adhirió a la 24.012 y, en la provincia, se sancionó, el 28 de Abril del 1993 la Ley de Cupo Femenino, nro. 3011? Es que el sistema de representación que impone la Ley de Lemas es indirecto y determina que los votos de los electores pasan del sublema elegido al sublema más votado dentro del lema que lo incluye. Así pues, los cargos se reparten por sistema D’Hont y el lema ganador determina la cifra repartidora a partir de la cual, los candidatos pueden aspirar a bancas.

Así pues, por más que las listas cumplan con la ley 24.012 y estén compuestas, al menos en un 30%, por mujeres, van a acceder a los cargos quienes encabecen los sublemas, que usualmente suelen ser varones. De esta forma, en Posadas, el Concejo Deliberante estuvo dos años casi sin representación femenina y tras las elecciones de este año, se mantendrá la situación: porque accedieron a las 7 bancas en disputa, cuatro candidatos de Cambiemos (Martín Arjol, Pablo Velázquez Maximiliano Florindo y Diego Barrios), dos candidatos renovadores (Mario Alcaráz y Mario Olmedo) y una candidata renovadora, la losadista Anahí Repetto. En consecuencia, el HCD posadeño tendrá hasta el 2019, sólo dos edilas (Repetto y Giménez), de los 14 escaños, cuando debería haber como mínimo, cinco concejalas.

Idéntica situación se ha dado en otros municipios misioneros y también en la Cámara de Representantes, donde debería haber al menos 12 diputadas y en los últimos dos años hubo 11. En otras palabras, que la ley de Cupo Femenino se traduzca en una composición equitativa de géneros en los cuerpos colegiados, depende en Misiones del puro azar: si se da la casualidad de que ingresen un número importante de candidatas mujeres por el reparto del sistema D’Hont.
Resulta imposible compatibilizar la Ley de Lemas y el reparto por D’Hont con las leyes de Cupo Femenino (la provincial 3011/93 y la 24.012) en cuanto al piso de representación femenina en los cuerpos deliberativos, porque el reparto se basa en el criterio de la cantidad de votos de cada lema y sublema y no en el de la paridad de géneros.[/vc_column_text][vc_media_grid element_width=”6″ grid_id=”vc_gid:1510764228679-527bf873-44b9-2″ include=”140863,143946″][vc_column_text]

La doble moral de las Renovadoras

Esta situación expone a dirigentes renovadoras que se han llenado la boca con planteos sobre el reconocimiento de los derechos de las mujeres, pero al mismo tiempo, defienden a ultranza la Ley de Lemas, que es un sistema patriarcal que atenta contra la representación femenina en los cuerpos colegiados. Es decir, si realmente les interesara que se cumpla el cupo femenino, las renovadoras de cierto peso político deberían tener al tope de la agenda la derogación de la cuestionada norma electoral. Pero sucede lo contrario y de hecho, en Posadas, la “kolinista” Giménez ha presentado proyectos para adoptar una perspectiva de género en el Concejo –pero recordemos que, como las demás dirigentes renovadoras, se opuso a la derogación de la Ley de Lemas en Posadas y en la provincia.

Giménez presentó el proyecto de resolución para la creación de la Comisión de Equidad de Género en el seno del Honorable Concejo Deliberante. Por otra parte, la modificación de la ordenanza XI Nº 70 para la creación del Parlamento Social por la Equidad de Género como ámbito de debate e interacción permanente entre los ciudadanos de Posadas y el Poder Legislativo. Pero al momento de debatir por la derogación o no de la Ley de Lemas, ella se mostró decididamente en contra de la eliminación del sistema electoral que, como vimos, impide el piso de representación femenina en el Concejo.

Otro tanto les cabe a las renovadoras de mayor peso en el partido que gobierna Misiones desde 2003: Stella Leverberg estuvo ocho años en el Congreso de la Nación como diputada y jamás cuestionó el carácter patriarcal implícito en la Ley de Lemas. Idéntica postura han adoptado la senadora saliente Sandra Giménez y la recientemente electa, Magdalena Solari, que directamente se llaman al silencio sobre las consecuencias de la Ley de Lemas en términos de incumplimientos en el reparto equitativo de cargos por género en la Legislatura y los Concejos Deliberantes Misioneros.

Es más, el partido gobernante misionero incumplió con la ley de Cupo Femenino en la conformación de la lista a diputados nacionales del 2015, donde debería haber dos cargos para mujeres entre los cuatro primeros y terminaron ingresando los candidatos Maurice Closs, Jorge Franco, Cristina Brítez y Daniel Di Stéfano (25% de representación). Y las renovadoras nada dijeron sobre esta violación flagrante a sus derechos y a los derechos de todas las mujeres.

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