“Estamos viendo un incremento en los robos a las casas, y la seguridad es el principal problema que enfrentamos”, comentó. A pesar de la visibilidad de los incidentes, el arroyo que solía servir de barrera natural ya no existe, y las calles están claramente marcadas, pero estos cambios no han impedido la frecuencia de los delitos.
Molina subrayó que el problema no es la falta de iluminación, ya que los robos han ocurrido a plena luz del día. “La policía realiza patrullajes frecuentes, pero los delincuentes parecen tener métodos para ingresar a las casas sin ser detectados”, agregó. Los objetos robados suelen ser vendidos para consumo, lo que dificulta su recuperación.
Actualmente, solo una esquina cuenta con una cámara de seguridad, lo que, según los vecinos, no es suficiente. “Sería útil instalar más cámaras para mejorar la vigilancia”, sugirió Molina. Además, destacó problemas con el tráfico en la zona, donde las calles se utilizan como autopistas sin respeto por las normas de tránsito, lo que también contribuye a la sensación de inseguridad. “Hemos solicitado reductores de velocidad, pero no hemos recibido respuesta”, afirmó.
Los residentes de la Chacra 4, ubicada en calle 31A entre Moreno y Pastor, están desesperados por soluciones efectivas para abordar la inseguridad que afecta a su comunidad.