
Carina Fernández lleva 14 años al frente del Comedor San Onofre, un espacio de solidaridad que asiste a las familias más vulnerables del barrio. Su vida, dedicada a ayudar a los demás, ha estado marcada por el esfuerzo incansable de cocinar a leña, una actividad que, con el tiempo, ha afectado su salud de manera grave. En declaraciones recientes, Carina explicó que a lo largo de estos años el humo y el calor generado por la leña le han provocado serios problemas en los pulmones y en los huesos, una situación que la obliga a lidiar con dolores constantes mientras continúa con su labor.
“Aunque esté con un problema en los pulmones y los huesos, siempre que podamos, vamos a cocinar. La gente necesita la comida”, comentó con voz decidida pero preocupada. Sin embargo, en los últimos tiempos la situación se ha vuelto aún más difícil. Tras 20 días de inactividad debido a las dificultades de salud, Carina logró retomar la cocina, pero los recursos siguen siendo limitados.
El comedor asiste actualmente a 57 familias, una cifra que ha aumentado considerablemente este año debido a la creciente demanda. A pesar de recibir una hornalla donada, Carina y su equipo enfrentan la falta de gas, un recurso esencial para poder seguir brindando los alimentos que tantas personas necesitan. “Me vendría bien tener gas para poder seguir, no tenemos garrafas solidarias”, expresó.
A pesar de las dificultades, Carina continúa adelante con su misión. “Hacemos lo que podemos, pero siempre estamos colaborando con la gente”, señaló, demostrando que su compromiso con la comunidad no tiene límites. No obstante, la necesidad de apoyo es urgente, ya que, sin un suministro adecuado de gas, su capacidad para seguir asistiendo a las familias se ve seriamente comprometida.