POSADAS. José Puyol, explicó es un hecho de defraudación, lo que padecieron las familias engañadas por un falso gestor. “Nuestro código penal, nuestra normativa establece en su apartado, los delitos contra la propiedad y, puntualmente, señala lo que está relacionado a la defraudación”.

En ese sentido, agregó: “la defraudación es una denominación genérica, si bien se puede decir que dentro de ella encontramos lo que sería la estafa, para que se produzca esta estafa tiene que reunirse ciertos requisitos. Tal es el caso, que podemos contemplar lo que le pasa a esta pobre gente, respecto a la cuestión del grave perjuicio que se produjo en cuanto a su patrimonio, al gasto de dinero que le han producido. Todo en base y a raíz de un ardid, lo que se conoce comúnmente como un engaño. Este delito es lo que llamamos comúnmente ‘el cuento del tío’, es dar una mentira con apariencia de verdad, captan gente y, a partir de ello, realizan todas esas maniobras”.

Al momento de realizar acciones legales, el abogado declaró: “cuando se produce un hecho, como esta clase, se abre un abanico de vías procesales habilitadas a la gente. Para el caso que radiquen una denuncia ante la fiscalía, o tengan un expediente judicial ante determinado juzgado, se acercarán a los juzgados respectivos y podrán solicitar la información debida”.

En caso de recibir determinadas “ofertas”, que pueden ser sospechosas, aconsejó: “al momento de realizar esta clase de operatorias, compra o adquisición de inmuebles, tomar todos los recaudos necesarios, asesorarse con diversos tipos de profesionales, no solamente trabajar con uno solo”, explicó.

Fraudes y estafas

En cuanto a estos temas, José Puyol detalló: “tenemos distintos de estafa, por un lado, está la cuestión de la estafa y, por el otro, está la cuestión del fraude, o defraudación”.

“Una cuestión es el fraude, la otra es la estafa, opera siempre la estafa cuando existe un engaño, la persona que quiere cometer un delito. Otra cosa es el fraude, el abuso de confianza que se produce posterior a eso. El abuso de confianza, en este caso, se opera de muy buena fe y, aprovechándose de su nobleza, abusa de su confianza”, precisó el letrado.