La inseguridad afecta a las instituciones educativas: robos en los CEP de Posadas y Garupá
La creciente ola de inseguridad no solo afecta a los barrios de Posadas y Garupá, sino que también ha golpeado con fuerza a las instituciones educativas, dejando a docentes, directores y estudiantes en una situación de vulnerabilidad. En lo que va del año 2024, el Centro Educativo Polivalente (CEP) 1 de Posadas fue víctima de 13 robos, mientras que el CEP 6 de Garupá ha registrado al menos 4. Las directoras de ambas escuelas compartieron con MC el calvario que atraviesan a diario debido a la inseguridad que persiste en sus comunidades educativas.
Valeria Analía Ponce, directora del CEP 1 de Posadas, relató cómo los delincuentes ingresaron en varias oportunidades a los talleres de carpintería y electricidad. “Es la 13ª vez que nos roban. Ingresaron el miércoles 13 y jueves 14 de este mes, y se llevaron todo lo que estaba: herramientas, percutores y tester, elementos fundamentales con los que los estudiantes trabajan y estudian”, detalló Ponce, visiblemente preocupada por la falta de apoyo que enfrentan. Aunque han presentado denuncias y notas al Consejo Escolar, la directora destacó que las respuestas siguen siendo insuficientes. “Necesitamos acompañamiento de los vecinos y la policía, ya que los robos ocurren durante la noche”, agregó.
Por otro lado, Karina Henn, directora del CEP 6 de Garupá, también denunció el creciente número de robos en su institución. “Este año ingresaron tres o cuatro veces. En la última ocasión, se robaron materiales de la biblioteca, el depósito, la preceptoría y el kiosco. Las rejas que tenemos son hechas por los profesores, ya que no recibimos ayuda externa”, explicó Henn, quien señaló que la situación ya resulta insostenible. “Es un desgaste permanente. Los profesores están solucionando todo para seguir adelante, pero el cansancio es grande, sobre todo cuando tenemos un grupo de ‘Escuelas Seguras’ que se limita a sacar fotos frente a las instituciones, supuestamente haciendo recorridas”, criticó la directora.
Los robos no solo afectan el mobiliario y los materiales educativos, sino que también tienen un impacto en las iniciativas comunitarias. Henn relató que en uno de los robos recientes, los delincuentes se llevaron la colaboración de los padres. “Los padres donan dulces y panes, y hasta el carpintero dona su trabajo, pero todo eso es robado. Incluso preparamos mate cocido o té con lo que conseguimos entre los profesores”, comentó, indignada por la falta de respuestas de las autoridades.
La directora del CEP 6 también remarcó que la situación se agrava por la falta de respuestas del Ministerio de Educación, que desde hace un año no ha dado solución a los pedidos más urgentes. “Le pedimos al Ministerio un circuito eléctrico para la escuela y no hemos recibido respuestas. Estamos sin mobiliario y sin los recursos necesarios para seguir adelante con las clases”, expresó Henn, visiblemente frustrada por la falta de acompañamiento institucional.