POSADAS. El gendarme bonaerense Pablo Torrilla, había llegado a la capital misionera en febrero de 2018 para trabajar en el Escuadrón Núcleo 50 de Posadas. Tenía 27 años y llevaba 5 meses casado.
Murió el lunes 28 de Mayo de ese año, en medio de un operativo desplegado en Garupá. “Los integrantes de la patrulla dijeron que mi hijo se fue a orinar y escucharon un disparo. Ellos dicen que se suicidó y nosotros creemos que lo asesinaron”, expresó Patricia Diel, la madre de Torrilla.
Denuncia de hostigamiento
“El 10 de abril, los mandaron a dormir, él quiso salir a patrullar igual y encontró un cargamento de marihuana”, reveló la madre del gendarme.
“Tengo las fotos y los chats, donde él me dice: ‘Esto es de mi segundo jefe y casi me cuesta el pase’. Ahí empezó el hostigamiento”, agregó Diel.
“No custodian nada, no nos cuidan. Matan a nuestros hijos para seguir delinquiendo”, indicó la mujer.
La causa
La madre de Torrilla llegó a Posadas para conocer los avances en la investigación. Según señaló, la causa está caratulada como “averiguación del fallecimiento”.
“He tenido muchas llamadas anónimas donde me dicen que tienen miedo y corroborando lo que decimos. Quiero justicia por mi hijo”, manifestó.
“Él no se suicidó, a mi hijo lo mataron por descubrir la corrupción en el Escuadrón”, añadió.