En un contexto económico difícil para muchas familias, las opciones de compra más accesibles se convirtió en una necesidad. Hilda Barreyro, una emprendedora local, encontró una manera de ayudar a la comunidad a ajustarse a su presupuesto sin sacrificar la calidad de los alimentos. Su propuesta de vender productos alimenticios sueltos, como harina 000, harina de maíz, azúcar, fideos y legumbres, logró captar rápidamente la atención de los vecinos.

“La demanda es muy buena. La gente busca lo económico y lo que pueda comprar”, comenta Hilda con entusiasmo, destacando que su negocio ha crecido a medida que más personas se suman a su propuesta de pagar por lo justo, sin necesidad de comprar grandes cantidades de productos que quizás no pueden permitirse en ese momento.

Uno de los productos más solicitados es la harina, especialmente la de maíz, que se vende por kilos o en pequeñas cantidades, lo que permite a los compradores elegir la cantidad que desean según sus posibilidades económicas. “Lo que más se consume es la harina, legumbres por kilos”, afirma Hilda, quien también menciona que en su tienda se pueden encontrar productos como azúcar a 800 pesos por kilo, fideos baratos y hasta frutos secos como almendras y chía.

“Tratamos de que la gente se acostumbre a que puede llevar lo que quiere, por la cantidad que necesita”, agrega Hilda, quien ha logrado crear un ambiente de confianza con sus clientes. Muchos de ellos vienen con poco dinero, pero saben que pueden elegir solo la cantidad que pueden pagar, sin la obligación de adquirir grandes envases que no van a utilizar.

En su local del Mercado Concentrador de Posadas, también se pueden encontrar productos más especializados, como frutos secos, porotos, semillas y más. La idea, según explica Hilda, es ofrecer alternativas accesibles que permitan a cada persona acceder a alimentos básicos de calidad, sin importar su capacidad de compra. “La gente viene y compra lo que tiene”, concluye, subrayando la flexibilidad y el compromiso social de su propuesta.