La inseguridad en los barrios que dependen de la comisaría Vigésima ha alcanzado niveles alarmantes. Los vecinos aseguran que los robos han aumentado considerablemente y que, a pesar de las denuncias realizadas, no se ha observado ninguna mejora en la presencia policial ni en la resolución de los casos. Mirian Flores, presidenta del Foro de Seguridad de la comisaría, expresa con preocupación la situación que atraviesan los habitantes de la zona.

“Se incrementaron los robos y hay un faltante de recorridos de la policía. Están al tanto y hubo denuncias, pero no hemos visto ningún cambio en la situación”, señala. Flores destaca que, a pesar de que las denuncias siguen llegando, no se ha logrado recuperar los bienes robados. “Estoy recibiendo las constancias de denuncias de vecinos víctimas de robos y lo que no se recuperó nada. Algunos de estos robos ocurrieron a una cuadra de la comisaría”, agrega con indignación.

La falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades y la ausencia de patrullajes constantes han generado un ambiente de desconfianza. Los vecinos se sienten vulnerables y temen por la seguridad de sus hogares y sus familias. “Los vecinos manifiestan indignación, y yo también sufrí el robo, por lo que tengo empatía para trabajar con ellos”, comenta Flores, quien se muestra solidaria con los afectados por la delincuencia.

La situación no solo se limita a los robos; las amenazas por parte de los delincuentes también son una constante. “Solicitamos seguridad porque no sabemos si vamos a ser atacados o si nuestros hijos van a estar a salvo”, expresa la presidenta del Foro de Seguridad. Además, añade que, a pesar de haber realizado la denuncia correspondiente, aún están esperando la intervención de la unidad de Cibercrimen para poder levantar las grabaciones de las cámaras de seguridad de los vecinos y esclarecer algunos de los delitos.

La creciente preocupación de los habitantes de estos barrios es evidente. La falta de patrullajes, la respuesta ineficaz ante las denuncias y la sensación de abandono por parte de las autoridades ha generado un clima de angustia que parece no tener solución a la vista. “Estamos muy preocupados. Las denuncias no se resuelven, y la sensación de inseguridad crece cada día”, concluye Flores, reflejando el sentir generalizado de los vecinos que piden un cambio urgente en la seguridad de la zona.