POSADAS. El caso de la mujer con problemas de salud mental y discapacidad física, que agredió a un chofer de colectivos y fue grabada con un teléfono celular, fue analizado por la directora del Hospital Carrillo, Mirna Corach, quien ratificó que “Ramonita”, como se la conoce, estuvo internada en el psiquiátrico estatal de Posadas.
Según reveló Corach a MisionesCuatro, “Ramonita” estuvo un tiempo en el Carrillo pero inició una relación y logró salir, para luego decaer y quedar en situación de calle, lo que deriva en situaciones conflictivas con esta mujer. “Tiene un retraso madurativo con algunas sintomatologías que se presentan ocasionalmente. Si bien tiene una personalidad psicopática, su internación fue social. Su cuadro no ameritaba (una internación compulsiva)”, sostuvo la directora.
Corach reveló que “Ramonita”, hace unos 5 años fue externada en función de esa relación de pareja que mantenía, y “tengo entendido que no consume una medicación, porque no tiene un padecimiento crónico”.
Sorpresivamente, Corach sostuvo que “la falta de límites, porque como todo le es permitido, (Ramonita) se victimiza y se llega a esta situación. Es como que es inimputable, entonces puede hacer lo que quiera. Pero no es así”, dijo la funcionaria sobre la mujer con retraso madurativo que, recordemos, sufrió la amputación de una pierna y se traslada con muletas.
“Quiero creer que Ramonita puede cuidar su comportamiento”, dijo Corach, quien pidió analizar el contexto en el que ocurren los arranques de ira de esta paciente psiquiátrica que está en situación de calle. En las últimas horas, se supo que “Ramonita” quedará al cuidado de un familiar de unos 70 años.
La internación como última alternativa
Por otra parte, la funcionaria aclaró que “si nunca recibieron amabilidad o un espacio para sentirse bien por parte de nuestra sociedad”, es difícil contener a personas con problemas de salud mental que se encuentran en la situación de “Ramonita”. “El rechazo social hace que estos sujetos puedan actuar de esta manera. Si toda la vida recibieron rechazo, discriminación y agresión, es lo que saben dar. Es una situación muy compleja y social. Más allá de que se pueda enmarcar en una enfermedad, es una cuestión de convivencia social”, sostuvo.
En esta línea, Corach remarcó que el internamiento es la última opción y primero deben agotarse todas las instancias previas, sin que esto no impida el tratamiento terapéutico, psicológico y farmacológico de la mujer. “La ley de Salud Mental dice que la internación es la última instancia terapéutica”, recalcó.
