Karina Almirón, docente de la escuela, expresó su indignación en diálogo con Misionescuatro: “La semana pasada, durante una tormenta, entraron y se llevaron los inodoros de baño de niños y docentes”. La falta de instalaciones adecuadas obligó a los alumnos a hacer fila con baldes de agua para poder hacer sus necesidades.
“Es reiterado. Es de noche y los ladrones vienen a apoderarse de las cosas de los chicos. Esto sucede todo el tiempo, es un maleficio”, añadió Almirón, cuestionando: “¿Dónde van a ir al baño los chicos?”.
Los docentes y padres realizaron esfuerzos para mantener la escuela en condiciones, organizando ventas de pollo, empanadas, rifas y bingos para recaudar fondos. “Teníamos aires en cada uno de los salones y en un descuido nos llevaron todos los aires”, lamentó.
A pesar de las promesas de reparación por parte del Gobierno provincial, la realidad en la escuela sigue siendo desalentadora. “Habilitamos otro baño y los niños hacen filas para ingresar con un tachito de agua. Intentamos mantenerlo lo más higiénico posible, pero es complicado”, concluyó.
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