“La principal demanda es la iluminación”, enfatizó, destacando que la falta de luz en las calles creó un entorno propicio para la delincuencia y la inseguridad. “Teníamos la entrada iluminada y nos terminaron robando”, lamentó, señalando cómo el robo de cables y lámparas ha dejado a la comunidad en total oscuridad durante la noche.
La oscuridad en las calles representa un peligro real para los residentes, especialmente para aquellos que deben salir temprano por la mañana para ir a trabajar. “La gente que trabaja temprano corre riesgo”, afirmó, subrayando la urgencia de abordar esta situación para garantizar la seguridad de todos los habitantes.
“Estamos re inseguros”, agregó, describiendo cómo los robos y la violencia se han vuelto una realidad cotidiana en Las Tacuaritas debido a la falta de iluminación en las calles. “Roban en la parada y corren para acá que no se ve nada”, explicó, resaltando la necesidad de medidas urgentes para combatir la delincuencia en la zona.
A pesar de la presencia ocasional de la policía, la falta de iluminación sigue siendo un problema sin resolver en Las Tacuaritas. “A veces recorre la policía, pero no es suficiente”, lamentó, señalando que la verdadera solución radica en la instalación de luces adecuadas en las calles del asentamiento.
Por último, Rodríguez expresó su frustración por la falta de respuesta de las autoridades ante esta situación. “Luz no tenemos, estamos enganchados porque se prometió la regularización y después nada”, denunció, instando a las autoridades a tomar medidas concretas para abordar este problema que afecta la seguridad y el bienestar de toda la comunidad.