
El Barrio Las Tacuaritas vive una situación de abandono que afecta a cientos de familias, quienes luchan por acceder a servicios básicos como la energía eléctrica, el agua potable y una infraestructura mínima. La reciente retirada de conexiones clandestinas por parte de EMSA dejó a los vecinos sin electricidad, aunque muchos ya habían realizado los trámites correspondientes para regularizar su situación, sin recibir la conexión prometida.
Miguel Ángel Cardozo, vecino del barrio, comentó: “EMSA mandó una cuadrilla a la zona de la colectora y retiraron los cables donde nos habíamos enganchado. Los vecinos teníamos los trámites hechos, pero nunca vinieron a conectarnos y no quedó otra que engancharnos”. Cardozo insistió en que están dispuestos a pagar por el servicio si se les ofrece una solución definitiva: “Queremos regularizarnos y poner el servicio. No tenemos buena energía, se nos queman los electrodomésticos y queremos solucionar este tema”, expresó.
El problema lleva más de ocho años sin resolverse y afecta a muchas personas, incluyendo niños, adultos mayores y pacientes con enfermedades crónicas. Además, la falta de luz genera serios inconvenientes como la pérdida de medicamentos y alimentos por la interrupción de la cadena de frío. Cardozo mencionó que el costo para una conexión eléctrica mínima ronda los 800 mil pesos, lo cual resulta inaccesible para muchas familias del barrio.
Por su parte, María Benítez, otra vecina, destacó la precariedad de la situación, mencionando la falta de soluciones por parte de las autoridades: “Desde hace más de 10 años pedimos la conexión de luz. Tengo la carpeta con todos los papeles, pero nunca vinieron a conectarnos”, relató. Además, la comunidad enfrenta otros problemas como la falta de limpieza, la ausencia de un servicio de recolección de residuos y calles intransitables que dificultan el acceso, especialmente durante la temporada de lluvias. “Hicimos caminos entre nosotros para salir cuando llueve”, explicó Benítez.
La preocupación de los vecinos es clara: “Queremos tener los servicios como corresponde y poder pagar por ellos. No tenemos derecho a reclamos porque estamos acá, en el olvido”, concluyó Benítez.