Wentancur destacó que la iluminación insuficiente en las calles del barrio es un problema recurrente que afecta tanto el tránsito vehicular como la seguridad de los residentes.

La vecina mencionó que, durante el día, la zona cercana al mayorista experimenta un intenso movimiento de vehículos, lo que agrega una capa de complejidad a la circulación local. La situación cambia drásticamente en la noche, según Wentancur. La falta de actividad y el silencio en el barrio aumentan la sensación de inseguridad.

Wentancur subrayó la necesidad de una mejora en la iluminación en todo el barrio, no solo en áreas específicas. Esto, en su opinión, contribuiría a una mayor sensación de seguridad entre los residentes.

La vecina señaló la presencia de personas de fuera del barrio que se congregan cerca del mayorista. Aunque dicen estar cuidando los autos, Wentancur notó que sus actividades parecen dirigirse más hacia observar las casas.

Wentancur compartió que ella misma ha sido víctima de robos en varias ocasiones, lo que subraya los riesgos de seguridad que enfrentan los residentes.

La sensación de inseguridad es tan aguda que Wentancur siente la necesidad de cerrar su puerta cuando está sola en casa para protegerse.

Wentancur lamentó la ausencia de presencia policial para controlar el tráfico vehicular y mantener el orden en la zona.

Sin embargo, Wentancur señaló que, aunque la policía responde a las llamadas, su presencia es fugaz y no se mantienen para realizar un control efectivo.