Moroz, junto a su esposa, adquirió esta chacra en Corpus, un lugar que describe como “maravilloso, con monte y arroyo”. Para proteger este entorno, decidieron convertirlo en una reserva de biodiversidad y en los últimos años plantaron más de 3,000 árboles nativos. Sin embargo, su esfuerzo se vio amenazado por la intrusión de individuos identificados como punteros políticos de la zona.

“Nos intrusaron, cortaron árboles, hicieron caminos y colocaron un cordón eléctrico con ganado dentro de la reserva. Les corté el cordón porque es una propiedad privada y tiene el agravante de ser una reserva natural”, explicó Moroz. A pesar de las denuncias realizadas, asegura que la situación se agravó, con el regreso de los intrusos y la reinstalación de los cordones eléctricos.

El lunes pasado, mientras revisaba la situación, Moroz recibió cinco balazos que impactaron cerca de donde estaba trabajando. “Están identificados y reconocieron la autoría de los hechos”, afirmó, refiriéndose a los atacantes que, según él, estan saqueando tierras ajenas para hacer carbón.

Moroz señala que el problema se intensificó en los últimos cinco años debido a la presencia de una familia que vive a 600 metros de su chacra, acusándolos de tener el apoyo de autoridades locales. “Les prestaron maquinaria vial de la municipalidad para realizar sus tareas y sus carboneras. La cantidad de carbón que están sacando es alevosa”, comentó.

El propietario también lamentó la falta de acción por parte de las autoridades. “Llegué a todos los estamentos provinciales. Todos saben del problema y nadie movió un dedo. No existe una ley en la provincia que prohíba esta actividad”, afirmó con frustración.

Moroz concluyó su testimonio resaltando la necesidad de una decisión política real para proteger el entorno natural de la provincia: “No existe la decisión política de atacar y convertirnos en una provincia ecológica como quieren decirnos que somos”.