“Muchos compañeros han dejado la universidad parcial o totalmente. Algunos se han visto obligados a trabajar largas jornadas de 12 a 15 horas, mientras que otros han regresado a sus localidades debido a la precarización laboral”, dijo a Misionescuatro.

Ruíz Moreno también señaló problemas con la infraestructura. “A principios de cuatrimestre denunciamos la sobrepoblación en los albergues, donde ahora se alojan de 5 a 6 personas por casa. Además, el acceso al comedor universitario es limitado para algunas facultades, como Humanidades, mientras que otras, como Enfermería o Económicas, enfrentan restricciones más severas, lo que ha llevado a muchos estudiantes a buscar trabajo.”

El estudiante criticó la reducción en las políticas de bienestar estudiantil. “Las políticas de apoyo han disminuido considerablemente en comparación con el año pasado. La cena se reanudó solo después de una gran deserción estudiantil, lo que evidencia una complicidad de la UNAM con el ajuste y recorte.”

Finalmente, destacó la difícil situación financiera de los estudiantes. “Muchos tienen gastos diarios de $20.000 para alimentación, lo que afecta gravemente su nutrición. Esto ha llevado a más estudiantes a trabajar, a pesar de que la Secretaría General de Asuntos Estudiantiles, exige un 60% de materias aprobadas sin considerar las largas horas laborales que enfrentan los estudiantes.”