Desde la primera ablación, se trasplantaron más de 700 órganos en Misiones
POSADAS. Este viernes se cumplieron 25 años de la primera ablación y trasplante de órganos realizado en Misiones, y el titular del Cucaimis, Luis Esquivel, destacó la importancia de la donación de órganos, insistiendo en que cada donante, “entre órganos y tejidos, puede producir hasta 12 productos tisulares, que van a salvar vidas o mejorar la calidad de vida de personas”.
En diálogo con MisionesCuatro, Esquivel contó que el Cucaimis, la sede local del Incucai, ya funcionaba desde los años 80s, previo a la primera ablación en la provincia. El primer donante misionero fue un cura que estaba “en coma irreversible con muerte encefálica”, contó Esquivel.
“Un operativo involucra a más de 200 personas en todo el país. Y cada donante puede salvar desde 1 a 7 vidas”, resaltó el referente del Cucaimis. “Entre órganos y tejidos, un donante puede producir hasta 12 productos tisulares, que van a salvar vidas o mejorar la calidad de vida de personas”, destacó.
Consultado por este medio, “desde la primera ablación, fueron más de 700 órganos y casi 1800 tejidos (trasplantados en Misiones) Y hemos brindado órganos y tejidos a todas las provincias del país. Especialmente en los dos años previos de la pandemia. Argentinos de 19 provincias se beneficiaron con córneas de misioneros que fueron solidarios”, sostuvo Esquivel.
El estilo de vida y la necesidad de trasplantes
Luego de destacar que Misiones fue un ejemplo en la actividad de ablación y trasplante, antes de y durante la pandemia, Esquivel reveló que actualmente, en la provincia “la lista más abultada es la de las personas que necesitan un trasplante renal. Y poder terminar con la necesidad de ir a una máquina a dializarse tres veces por semana. Hay más de 90 personas así en Misiones”, detalló.
Respecto a la incidencia de la insuficiencia renal, Esquivel explicó que hasta un 15% de la población podría tener “una afectación renal que tienen que ver con el estilo de vida. Por la hipertensión arterial, que es de gran impacto para la salud renal. Muchas personas no saben que la tienen y siguen dañando sus riñones. Y lo mismo ocurre con el consumo de azúcares y grasas que condicionan la diabetes de adultos. Son los principales pacientes que pueden terminar con fallo renal. Pero la mayoría no saben que son hipertensos o diabéticos. El estilo de vida condiciona que perdamos la función renal”, advirtió.