[vc_row][vc_column][vc_column_text]Esta semana conmovió la muerte de tres niños durante un incendio en una choza en Ruiz de Montoya. Días antes también en Iguazú ocurrió un siniestro en una comunidad indígena. Son parte de un patrón amplio de abandono, marginación y falta de atención por parte del estado provincial a los pueblos originarios de esta tierra.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]En una semana se reportaron dos incendios en comunidades Mbyá de la provincia de Misiones. El más reciente ocurrió este lunes en la aldea Koenju, ubicada en Ruiz de Montoya, dejando el trágico saldo de tres niños fallecidos.

Pero días atrás también ocurrió un siniestro en una choza de una comunidad aborigen en la localidad de Iguazú, donde no hubo que lamentar víctimas fatales, aunque la precaria construcción fue consumida por las llamas.

En el caso de la tragedia que sucedió en una choza de Montoya, el incendio fue provocado por un fogón que fue encendido por familiares de los niños dentro de la choza, ya que no tienen otra manera de combatir el frío en este otoño lluvioso, por no contar con gas ni electricidad.

A su vez, en Iguazú el siniestro comenzó por un cortocircuito debido a las malas condiciones de la instalación eléctrica que se realizó de manera clandestina, porque el estado provincial tampoco se encargó de ofrecer un servicio seguro de luz eléctrica.

Estos peligrosos sucesos son parte de un esquema más amplio de desidia por parte de la Dirección de Asuntos Guaraníes de la Provincia, que depende del Ministerio de Derechos Humanos de Misiones. A menos que haya un cambio en las políticas de la Renovación en defensa de los aborígenes, continuarán en riesgo, aislados de los centros de influencia, oficialmente silenciados y con su entorno de naturaleza devastado.

vb[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_tweetmeme][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_facebook type=”button_count”][/vc_column][/vc_row]