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El Código de Ética del Cademis “está hecho a la medida de perseguir a abogados que defienden los Derechos Humanos”

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La abogada Roxana Rivas salió a denunciar públicamente lo que considera un hostigamiento por parte del Colegio de Abogados de Misiones, que la acusa de una supuesta mala conducta, en base al código de ética establecido en tiempos de la última dictadura militar. Y vinculó la persecución en su contra a las resonantes causas que ha llevado adelante, en particular, las que muestran el sesgo patriarcal de la justicia misionera.

POSADAS. “Acá hay una situación sospechosa de hostigamiento”, comentó la abogada Roxana Rivas, referente del Emipa, del Equipo Misionero de Justicia y Género y de la CTAA, quien cuestionó la investigación que le inició el Colegio de Abogados de Misiones, por una denuncia en contra de un abogado que ella defendió, en el marco de una causa que ya prescribió y en la que no hay daño ni damnificado.

En diálogo con MisionesCuatro, Rivas explicó que sus sospechas radican en que “la comisión directiva del Cademis impulsa una investigación en mi contra cuando no hay denunciante ni daño”. Se trata de una causa del 2016 en la que intervino defendiendo a otro abogado, denunciado por “una clienta insatisfecha, que lo termina acusando de falsificar una firma en un escrito impulsorio (en 2010). Fue la excusa para denunciarlo, yo lo defendí en 2016. A fines del año pasado, los doctores Fouce y Zapana, de la comisión directiva del Cademis, consideran que como yo había intervenido, hay que investigarme. No me imputan nada en concreto, tampoco llaman a la damnificada y ponen en riesgo mi matrícula”, se quejó la abogada.

Escrache público y amenaza a la licencia profesional

Rivas remarcó que, por un lado, sufre el “escrache público”, y la amenazan con la suspensión de su matrícula, que “en mi caso no sólo representa mi herramienta de trabajo, sino también de militancia”. Cabe recordar que además de su trabajo en casos resonantes como la defensa a María Ovando o a los tareferos injustamente despojados de sus asignaciones familiares por parte de la Anses –una causa en la que está involucrado el padre del diputado provincial, Julio César Barreto-, Rivas es militante feminista y activa integrante de la Central de los Trabajadores Argentinos – Autónoma.  

“No puedo no pensar que esto fue totalmente arbitrario; no es común que, de oficio, denuncien a un abogado, cuando no hay denunciante ni daño. Ponen en riesgo la matrícula y su buen nombre”, manifestó. “Nosotros tenemos un código de ética de 1978, que es arbitrario. No define qué conductas son esperadas. Está hecho a la medida de perseguir a abogados que defienden los derechos humanos”, alertó Rivas, vinculando el código con las necesidades que tenía la última dictadura militar, de contar con herramientas para disciplinar abogados misioneros.

“Es increíble que hayan pasado 40 años de democracia y siga vigente un código de ética con el que hoy me persiguen a mí, pero mañana a otro”, insistió.

El sospechoso comportamiento de la comisión directiva del Cademis

Por otra parte, Rivas apuntó al Cademis, porque “no me dan posibilidad real de defenderme. No sé qué me están endilgando, cuál es el daño y si me imputan como autora, coautora o cómplice. Si lo que está en duda mi honor, pongo a disposición la gente con la que trabajo para que den fe. Hubo respuestas emocionantes”, expresó la abogada. Y enfatizó que con el presente código de ética del Cademis, “es viable cualquier tipo de sanción porque no hay más exigencias que la subjetividad de quien te juzga”.

Asimismo, Rivas recordó que no es la primera vez que la persiguen y “siempre me imputan delitos penales”. Como en 2017 cuando un gendarme denunciado por incumplir la cuota alimentaria, la denunció por el supuesto hurto de su recibo de sueldo, pero la denunciaron por un robo. Ahora, la acusan de falsificación de documento público, “pero si me hubieran denunciado penalmente, esto habría prescripto. El código es tan arbitrario y abierto, que aún si me hubieran absuelto, podrían investigarme. Con este código siguen teniendo facultades para juzgarme, porque te juzga tu imagen pública”, denunció Rivas, apuntando a que el código sanciona infracciones definidas en términos totalmente subjetivos, como la “inmoralidad” en la vida privada de los abogados.

Persecución para disciplinar a abogados de DDHH y Género

Consultada sobre si podría haber una persecución política en su contra, Rivas comentó: “Viene por la cuestión de género, tal vez. Muchas de las causas resonantes en las que nos metemos, participa Eduardo Paredes, pero se meten conmigo. Lo que hay que explorar son las vinculaciones políticas de su nueva dirigencia del Cademis, que son explícitamente oficialistas (renovadores)”, fustigó.

Y sobre el final de la nota, Rivas aclaró que no es cierto que ella y Paredes, busquen determinadas causas resonantes y terminen teniendo visibilidad pública, como ocurrió con la causa por el femicidio impune de Lucía Maidana.

“La gente termina viniendo a los mismos abogados. Ganamos el caso de María Ovando, y ahora viene el segundo caso María. No hay otros abogados que se quieran comprometer y el reconocimiento público molesta. Los tareferos (en 2008) no conseguían un abogado que los representara. En el caso Ovando, ninguno de los grandes penalistas se animó a hacer nada. Pero cuando se veía que era público y el caso era resonante, sí se interesaron”, puntualizó la abogada.

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