COLONIA MADO. Una gravísima denuncia por agresiones, robo, amenazas e intento de secuestro en perjuicio de un menor de edad que pertenece a una comunidad mbya, se conoció este miércoles, gracias a la difusión del caso llevada a cabo por el Equipo Misionero de la Pastoral Aborigen (EMiPA)

Según informaron desde la Pastoral, Néstor Brizuela, un adolescente mbya de 14 años de edad y miembro de Tekoa Yvoty Porã (Colonia Mado), sufrió una brutal agresión por parte de un vecino de la zona.

El hecho sucedió el jueves pasado, cuando cerca de las 21, Nelson A. ingresó por el camino principal a la Comunidad y, sin mediar palabra, arrastró e intentó subir por la fuerza a Néstor a su vehículo, una Kangoo de color gris. Además, le pegó dos cachetazos.

De acuerdo con el EMiPA, al oír los gritos, miembros de la comunidad salieron a ayudarlo y afortunadamente logró escapar. Pero no pudo impedir que Nelson A. se llevara su celular.

No conforme con lo que había hecho, antes de retirarse –reveló el EMiPA- Nelson A. amenazó a todos los presentes diciendo que si los veía por la calle los iba a atropellar con el auto. “Tengo un arma en mi casa, ahora no la traje, pero si veo a gente de la Comunidad, en cualquier parte, voy a tirar”, aseguró el presunto delincuente, de acuerdo con la revelación de la Pastoral Aborigen.

La policía no iba a hacer nada porque “son parientes y amigos” del agresor

Pero la cuestión no quedó allí. El agresor, además, se jactó de una supuesta protección policial de la que gozaría en Mado. Según el EMiPA, Nelson A. habría dicho a los indígenas que si trataban de presentar la denuncia en la comisaría del pueblo, la policía no iba a hacer nada porque “son parientes y amigos” suyos.

A posteriori de los gravísimos hechos, el mburuvicha de la comunidad Yvoty Porã, Hilario Velázquez, radicó la denuncia correspondiente en una comisaría de la localidad de Eldorado. Además, señaló que esta misma persona ya cometió un accionar similar en la Comunidad Yychyry.

“Queda claro que se trata de un nuevo hecho de racismo y discriminación, la bandera que justificó a lo largo de la historia la conquista, colonización y dominación de los Pueblos Indígenas y que perdura hasta hoy”, fustigaron desde el EMiPA en tono crítico a la presente realidad de las comunidades mbya en la provincia que se autodefine como “misionerista” y “heredera” del legado que dejó el prócer mbya Andresito Guacurarí.