En una escuela de San Vicente los alumnos toman agua de un aljibe
POSADAS. Por la baja de contagios de coronavirus o quizás por el revés electoral que sufrió el oficialismo en las Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias (PASO), el Gobierno provincial anunció de un momento para otro el regreso a la presencialidad plena en las escuelas de Misiones.
Sin embargo, pese al optimismo del gobierno renovador por la medida, la realidad en muchas de las escuelas es otra. Sin ir más lejos, en la histórica escuela Nº1 Félix de Azara, ubicada en calles La Rioja y Junín del centro de Posadas, por falta de sillas, mesas y espacio físico, los docentes decidieron aguardar nuevas indicaciones de los ministerios de Salud y Educación para intentar evitar el contacto físico entre los estudiantes.
Pero si eso pasa en el centro de la capital provincial, lo que ocurre en muchas escuelas del interior profundo de Misiones, es peor.
En la escuela provincial Nº67 de San Vicente falta agua potable, personal de servicio no docente y conexión a internet. Todo fue manifestado a MisionesCuatro en primera persona por la propia directora de la institución Gladis Gritzmayer.
Según la docente, el problema del agua potable lleva varios años. Desde el 2012 empezó a presentar notas ante el Ministerio de Educación solicitando un pozo perforado para poder contar con agua potable y apta para los estudiantes. “Estamos a 30 km de la ciudad de San Vicente, en una zona rural, estamos escondidos, pero funcionamos”, relató.
Mientras tanto, sobreviven con un “pocito” del que retiran el agua con una bomba, aunque asegura que nunca hicieron estudios para saber si está en condiciones de ser consumida. “No es potable, es de una vertiente”, aseguró la directora quien aclaró que antes de hacer mediático el reclamo, agotó todas las instancias sin respuestas concretas.
Incluso, la docente comentó que contaba con asistencia del municipio que llevaba agua con un camión cisterna que debía ingresar unos 20 km por un camión terrado en muy malas condiciones.
Consultada sobre la infraestructura, la directora aseguró que está en buenas condiciones, es de material, tiene dos aulas amplias y todas las condiciones. “Solo necesitamos agua y un Nivel Inicial”, manifestó contando que los niños de la zona deben caminar 15 km hasta la próxima escuela, siendo que tienen matricula y lugar. “Dicen que no hay plata para la creación del cargo”, agregó.
De la escuela dependen unos 52 estudiantes, más 20 que asisten a un aula satélite. “Tampoco tenemos portero, de la limpieza se encargan los padres”, cerró la docente.