Este lunes se cumplen 60 días de prisión para Ramón Oscar Amarilla, vocero y delegado de la Mesa de Diálogo Policial y Penitenciaria, quien fue detenido de manera sorpresiva el pasado 20 de septiembre y trasladado a un penal de máxima seguridad en menos de 12 horas. A pesar del tiempo transcurrido, las autoridades aún no se habrían presentado pruebas concretas que justifiquen su detención, y el acusado sigue siendo señalado sin acusaciones claras.

La detención de Amarilla está relacionada con el grupo de WhatsApp denominado “SOLO COLA”, que, según el juez a cargo del caso, Luis Verón, habría sido utilizado como medio para organizar actividades ilegales entre algunos delegados policiales.

“Dicen que fui parte de un grupo, pero no saben qué hacer conmigo. No tienen nada contra mí”, fue una de las frases que Ramón Amarilla repitió antes de ser detenido y que ahora, con 60 días de encarcelamiento, resuena con fuerza en medio de la polémica.

El caso de Amarilla no es aislado. Su detención y el tratamiento judicial que ha recibido generan una preocupación generalizada entre trabajadores de distintos sectores, quienes ven con temor el uso de la prisión preventiva sin pruebas claras. Docentes, personal de salud, empleados públicos y municipales están siguiendo con atención el desarrollo de esta situación, ya que temen que la misma estrategia legal pueda ser utilizada en su contra, bajo acusaciones ambiguas o sin fundamento.