A las 7 horas de este miércoles, Ramón Amarilla, quien se convirtió en un símbolo del reclamo salarial policial, ingresó al Juzgado de Instrucción Nº6 (calle Buenos Aires casi Roque Pérez) después de pasar dos meses en prisión, acusado de varios cargos relacionados a la sedición. El clima en los alrededores del juzgado estuvo marcado por la presencia de familiares, amigos, y compañeros de trabajo, tanto de la Policía como del Servicio Penitenciario Provincial, quienes mostraron su apoyo.

En este caso, Amarilla deberá ratificar o rectificar su declaración sobre su participación en el acampe que tuvo lugar en la Avenida Uruguay de Posadas, donde un grupo de policías y personal penitenciario se manifestó exigiendo mejoras salariales.

Miriam, su esposa, manifestó su preocupación por el estado de salud de Ramón, quien, según ella, arrastró una neumonía desde el acampe y se vio afectado por varias enfermedades mientras permaneció en el Penal de Cerro Azul. “Lo están acusando de cosas que no son ciertas. Le dijeron que estaba armado durante la protesta y que robó un móvil, pero es imposible. Ramón no puede ni usar los vehículos ni las llaves”, expresó Miriam. Además, explicó que, durante su tiempo en prisión, tuvo afrontar elevados gastos de medicamentos y traslados.

La acusación contra Amarilla forma parte de una causa que involucra a 21 personas, y la defensa sostiene que no se ha comprobado ninguna de las acusaciones. “No hay pruebas. Todo lo que están diciendo son solo informes que Asuntos Internos sumó a la causa de mayo”, agregó Miriam, quien también hizo hincapié en que, durante la firma de los acuerdos en mayo, se había acordado que no se perseguiría a los policías involucrados en el acampe.

Amarilla regresa a la prisión después de su declaración, mientras su esposa y quienes lo apoyan continúan luchando por su liberación, considerando que las acusaciones en su contra carecen de fundamento y que debe ser puesto en libertad.