CAPIOVÍ. La histórica sequía que está golpeando a la localidad presidida por el intendente Alejandro Anrhold, derivó en la declaración de una Emergencia Hídrica por espacio de 90 días, en los que se restringen los usos del agua que no tengan que ver con el aseo personal y la alimentación.

Las autoridades municipales, la Cooperativa Eléctrica de Capioví y el Concejo Deliberante consensuaron la medida, que prevé una multa inicial de 30 unidades fiscales (unos $2.100) para toda infracción al uso restringido del agua.

“Es muy preocupante la bajante del arroyo Capioví. Prácticamente se ve un hilo de agua”, contó Arnhold, en diálogo con MisionesCuatro este martes. “Ayer el Concejo en una sesión especial a través de un pedido de la Cooperativa declaró la Emergencia Hídrica por un plazo de 90 días. Con la facultad de que el Ejecutivo pueda prorrogar (la Emergencia) de ser necesario, si no aparecen las lluvias”, completó el alcalde.

Consultado al respecto, Arnhold explicó que la emergencia dispone la restricción en los usos del agua, como el “lavado de vehículos, limpieza de veredas internas (y públicas), el riego de parques y jardines y la recarga de las piletas de natación. Estamos tratando de cuidar el líquido vital y reservarlo para alimentación e higiene personal”, fundamentó.

Respecto de las sanciones previstas a las infracciones a la ordenanza de la Emergencia Hídrica, el intendente precisó que se cobrará multas “en unidades fiscales que se las pasamos al juzgado de paz. Inicialmente no son tan altas, pero se duplican y triplican en caso de reincidencia. La medida no tiene fin recaudatorio”, aseguró.

Según Arnhold, inicialmente, la multa es de 30 unidades fiscales. Cada unidad equivale al costo de un litro nafta Premium. Es decir, alrededor de 70 pesos.

En cuanto a la cobertura del vital elemento, por ahora no hay problemas graves, de acuerdo con el intendente. “Toda la parte urbana y suburbana la asiste la cooperativa y los barrios más alejados tienen pozos perforados con sus tanques. Pero se puede complicar si los pozos empiezan a secarse. Eso traería otro tipo de inconvenientes aún mayores, porque en los barrios (periféricos, los vecinos) no pueden comprar agua”, comentó el alcalde, asegurando que en tales casos, el municipio proveerá del vital elemento.

Arnhold insistió en su llamado a “no usar el agua en tareas estrictamente necesarios, como la alimentación y la higiene personal. Hay una situación de emergencia y de urgencia en el cambio de hábitos”, subrayó.