“El informe que solicitamos al Senasa es contundente”, declaró. El documento revela que el bioherbicida distribuido por el gobierno no cuenta con la habilitación de Senasa, lo que ha generado gran preocupación entre los productores.

El informe destaca que el herbicida, que aparentemente se fabrica en Tucumán y se comercializa en Misiones, resultó ser ineficaz. “Muy poca gente lo aplicó porque no tuvo resultado efectivo”, explicó Delapierre. Los productores observaron que el producto secaba las hojas de las malas hierbas, pero a los 15 días estas volvían a brotar. “No es un herbicida como el aprobado por Senasa y mundialmente conocido. Es uno que seca la planta y nada más”, añadió.

El herbicida, además de no cumplir con las expectativas, se encuentra en desacuerdo con la normativa nacional. Delapierre comentó que, debido a su ineficacia y falta de homologación, el producto fue desechado por los productores. “Creo que va a pasar a archivo”, anticipó.

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La situación generó un debate sobre la calidad y regulación de los productos agroquímicos en la provincia. “En países desarrollados, a pesar de contar con tecnología avanzada y científicos especializados, no se encontró un sustituto adecuado al glifosato. Aquí en Misiones, una pequeña fábrica lanzó un producto que se pensó sería revolucionario, lo cual es sorprendente”, dijo Delapierre.

A pesar del descontento con el bioherbicida, el productor reconoció la intención positiva de buscar alternativas más sostenibles y amigables con el medioambiente. Sin embargo, criticó la implementación apresurada de un producto sin la normativa nacional ni homologación de Senasa. “Afortunadamente, los productores nos movilizamos rápidamente. La unión de las asociaciones de productores ganaderos, yerbateros, forestales y tealeros permitió que se desarrollara un plan de acción para hablar con los expertos”, concluyó.