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Sin referirse al “gatillo fácil”, el nuevo jefe pidió una policía “más sensible”

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Zenón Víctor Manuel Cabrera asumió como Jefe de la Policía de Misiones y el nuevo comisario general, evitó pronunciarse de los casos de ejecución de civiles, apremios ilegales y otros crímenes que salpicaron a la fuerza en el último tiempo.

Sin referirse al “gatillo fácil”, el nuevo jefe pidió una policía “más sensible”

POSADAS. Los comisarios generales Zenón Víctor Manuel Cabrera y Carlos Miguel Merlo, asumieron como Jefe y Subjefe, respectivamente, de la Policía de la Provincia de Misiones y el primero habló con MisionesCuatro de los lineamientos de su gestión, con un discurso en el que brilló por su ausencia, toda mención a los resonantes casos de gatillo fácil que derivaron en descabezamientos de Unidades Regionales íntegras, los apremios ilegales y otros crímenes en los que incurrieron uniformados misioneros en los últimos tiempos.

“Desde el gobierno han marcado el tema de empezar una nueva etapa, eliminado viejos comportamientos, con nuevos paradigmas. Necesitamos apuntalar todo lo que vienen haciendo anteriores jefes  y seguir acompañando a la familia policial”, puntualizó Cabrera, quien subrayó la necesidad de contar con una “policía más sensible, que no pierda la dignidad humana”.

Ponderando anteriores gestiones, en el marco de la continuidad del Ministro de Gobierno Marcelo Pérez, el comisario general destacó: “Es importante seguir creciendo con la profesionalización y combatir el crimen organizado y el narcotráfico”.

Para el nuevo jefe, será indispensable la “capacitación de nuestro personal” y adquirir nuevas tecnologías para combatir la criminalidad.

Consultado sobre si el cambio de la plana mayor tenía que ver con una búsqueda de mayor transparencia en la cúpula policial, Cabrera, algo nervioso, negó que se trate de eso.

Destacó la creación del Instituto Universitario de Seguridad Pública

Y consideró que “la idea fue la de comenzar una gestión con gente que apoye desde las Direcciones Generales, lo que se viene haciendo. Darle un… aire nuevo… también… ah, ah, ah… una gestión que recién comienza y entender que lo que se viene haciendo es muy importante. Hemos creado un Instituto Universitario de Seguridad Pública”, recordó Cabrera sobre el negocio de la profesionalización de las fuerzas de seguridad con el instituto privado UGD (Universidad Gastón Dachary) que pertenece al Ministro de Industria Luis Lichowski.

En esta línea, Cabrera reculó en su postura quasi tecnocrática y apeló a un discurso poético para delinear el tipo de uniformado que pretende en su gestión.

“De nada sirven los grandes títulos, si educamos la cabeza y no los corazones. Necesitamos policías sensibles, que se sientan cerca de la gente y tengan empatía con esa sociedad que está reclamando más de la policía. Vamos por un camino acertado. Pero de nada sirven los títulos y las maestrías, si no tenemos un policía que se enamore de la función, se sienta comprometido con lo que hace. Y se sienta como un servidor público para ayudar a la gente más desprotegida en una sociedad que cada vez tiene menos tolerancia”, reflexionó el jefe policial.

Silencio mediático sobre los policías que delinquen en Misiones

Desde luego, como era de esperarse, el nuevo jefe evitó mencionar los casos en los que policías cometen delitos graves y son encubiertos por la propia fuerza, como ocurrió en el caso del homicidio de Víctor Márquez Dos Santos, el chico de 16 años ejecutado por un uniformado en Santa Ana, en una causa en la que no se avanzó sobre la pista de la ejecución de un testigo de policías cometiendo algún tipo de delito –como ocurrió en la masacre de San Miguel del Monte.

Cabrera, tampoco mencionó otro crimen que derivó en el descabezamiento de otra unidad regional, la de San Vicente, por la ejecución de Reinaldo Andrade (37), por parte de dos uniformados en una supuesta persecución policial.

Cabrera tampoco se refirió a los policías que abusaban de presas

De hecho, el nuevo jefe omitió puntillosamente todos los casos de los policías delincuentes que “manchan” a la institución policial, como los uniformados que formaban parte de una banda de piratas del asfalto que operaba en Eldorado y fue desbaratada en los primeros días de Enero de este año.

Mucho menos se permitió Cabrera hablar del caso de los dos policías detenidos este lunes –un sargento ayudante y una oficial de la Seccional Segunda de Oberá– acusados de abusar sexualmente de mujeres detenidas a cambio de “favores” concedidos a las mismas.

Todas estas “manzanas podridas” no estuvieron presentes en el discurso inicial del nuevo jefe, que no olvidó –o no podía olvidar– los “logros” de los ministros Pérez y Lichowski con la formación universitaria de los uniformados misioneros.

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