Tibia protesta por los cortes de luz en Oberá

[vc_row][vc_column][vc_column_text]En la noche del viernes unas setenta personas se concentraron en el centro cívico de Oberá a favor de protestar por el deficiente servicio de energía eléctrica que prestan la Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá-CELO-y la empresa Electricidad de Misiones Sociedad Anónima-EMSA-. [/vc_column_text][vc_single_image image=”219120″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Luego menos de la mitad, unos treinta manifestantes, se trasladaron pacíficamente a la sede administrativa de la CELO en la calle Corrientes. Y se prometieron a sí mismos volver a reunirse frente a la sede de la CELO este lunes a las ocho de la mañana.

La manifestación fue autoconvocada a través de las redes sociales con el hashtag (etiqueta) “Hasta acá llegamos”. Nada nuevo por lo que protestar a favor de una falla estructural de la que Misiones Cuatro viene dando cuenta como nadie. La llegada de un nuevo verano trajo temperaturas extremas y, una vez más, la demanda superó a la oferta dejando a los vecinos de Oberá y a alrededores varias horas sin luz y, ergo, sin agua, en medio de sensaciones térmicas de cuarenta grados. Esa coyuntura disparó la protesta.

La CELO tiene 31.749 socios. Hace setenta días solo el diez por ciento de ellos fue a votar en las asambleas de distrito. Y terminó imponiéndose, como paradoja cruel del destino, una lista ligada a la renovación, el mismo espacio político que la fundió.

Oberá y alrededores reciben energía eléctrica de una línea de 132 kiloWatios que es insuficiente y vetusta. Tiene más de cuarenta años y recibe poco y nada de mantenimiento. Y el actual gobernador, Hugo Passalacqua, incumplió la promesa de poner en marcha una nueva línea de 132 kW que se licitó en 2015 pero que jamás avanzó.

Años de usar recursos para cualquier cosa, menos para invertir en generación de energía y en el debido mantenimiento de la que hay, màs la falta de participación de la sociedad, más la jugarreta de quiènes hicieron carrera política denunciando los desaguisados de las administraciones ligadas al exalcalde renovador Rindfleisch, para luego terminar trabajando para su mismo jefe político-Carlos Rovira-, más un estado nacional que en épocas de vacas gordas-durante el kirchnerismo-tampoco invirtió en energía y menos lo hará en épocas de vacas flacas-ahora, durante el macrismo-, generaron una situación que tiene a Oberà, a la zona centro-y a todo Misiones-al borde de los cortes de luz y de agua con cada jornada de calor agobiante. Y eso no va a cambiar sin inversión del estado. Y menos si se intenta desligar de su responsabilidad al estado provincial, que está en manos del mismo sector político desde hace quince años.

Lo que pasa con el agua en Oberá es aún más patético. La ciudad, edificada sobre el acuífero Guaraní, la tercera reserva mundial de agua dulce, este año cumplirá una década en “emergencia hídrica”. Lo que mal que habrán hecho las cosas que lograron que el recurso que sobra, falte.

En la manifestación del viernes estuvieron el diputado provincial de Cambiemos, Roberto Rocholl, el concejal obereño de Cambiemos, Horacio Loreiro, gente del Polo Obrero, y el exsíndico y actual secretario del Consejo de Administración de la CELO, Jorge Duarte (también secretario general de la CTA Misiones). Duarte intentó dar unas explicaciones que no dejaron satisfecho a nadie.

Hacia adelante, hay que invertir para que haya más energía que satisfaga la demanda. Y hacer mantenimiento de líneas como corresponde. Hacia atrás, hay gente que debería dar explicaciones ante la sociedad y ante la justicia, porque la impunidad nunca es buena en ningún lado.

Una situación demasiado añeja y de una actualidad lo suficientemente grave como para que la dirigencia se la pase en reuniones intrascendentes y para que provoque la reacción de solo el 0,1% de los socios de la CELO.[/vc_column_text][vc_column_text]