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¿Viste quién se mató?

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Por Walter Anestiades, corresponsal de M4 en Oberá.

¿Viste quién se mató?

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Por Walter Anestiades, corresponsal de M4 en Oberá.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”213006″ img_size=”full” alignment=”center”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Mientras tecleo, un parte de la Policía de la provincia de Misiones informa que dos chicas y un flaco se mataron en Garupá al chocar la moto en la que iban con un camión que estaba estacionado. Muertes por accidentes viales que se suman a las tantas que ocurren en cualquier parte de la provincia. De día, de noche, con lluvia, con sol, en un día laborable, en un feriado, en una calle terrada, en una con pavimento, en una ruta provincial o en una nacional. Choques, despistes, exceso de velocidad, alcohol al volante.

Todos los días informan que algún ciudadano de cualquier edad se lesionó o se mató adentro de un vehículo que manejaba o en el que iba de acompañante. O que salió despedido. O que lo atropellaron.

Lleno está de vehículos que atropellan cualquier cosa que se les cruce: seres humanos, animales. Lo que sea que respire y ande. Y la sociedad naturalizó eso como naturalizó tantas otras cuestiones que, de naturales, tienen muy poco.
Parece que no importa mucho. Ni al gobierno. Que tiene a las infracciones viales como la perfecta excusa para recaudar. Ni a los que manejan. Que lo hacen mal y están creídos que lo hacen bien. Saben del peligro y eso no los desanima, sino todo lo contrario.

Quizás crean que ir a ciento cincuenta kilómetros por hora los convierte en un émulo de Vin Diesel en alguna de las nueve secuelas de “Rápidos y furiosos”. Deberían enterarse que no pasan de ser una triste copia de Paul Walker, el rubio compañero de aventuras de Diesel, que murió quemado en la vida real en noviembre de 2013 cuando chocó su auto en California.

En Oberá, por ejemplo, se puede observar lo común que es doblar sin poner el guiño, ir siempre a la misma marcha o exceder la velocidad incluso en pleno centro en zona peatonal. Los inspectores que pone la municipalidad salen a recaudar. A eso los mandan. Cuestión que, por supuesto, ningún funcionario asumiría en público. Pero es así.
Los exámenes para sacar o renovar el registro de conducir tienen resultados llamativos: aprueban casi todos.
La infraestructura vial de la provincia, lugar turístico por excelencia, da pena.

Y, para rematarla, tenemos la entronización de esa forma de consumir la información que es el entretenimiento. Casi nadie parece informarse para tomar conciencia de ciertas cuestiones. Como se puso de moda no leer más de cuatro líneas (por alguna tara que la neurología o la psiquiatría debería explicarnos), solo se leen los títulos y se miran las fotos. Si de accidentes viales se trata, la consigna es conseguir la imagen que mas sacie el morbo.

Si alguno se pegó un palo con el coche y terminó decapitado, el punto es ver quién tiene la foto del cuerpo sin cabeza y la manda por WhatsApp (pasó hace muy poco). En minutos cientos o miles la habrán visto. ¿Para tomar conciencia ciudadana de que algo hay que hacer? No. Para entretenerse mientras toman mate o una birra.

Peligro

La asociación civil “Luchemos por la vida”, una ONG que se toma los accidentes viales todo lo en serio que no se los toma el estado, informó que en 2017 murieron 354 personas en algún lugar de Misiones. Casi una por día. En lo que va de 2018 la cosa no mejoró. A pesar de que la propaganda del gobierno nos quiera vender felicidad contándonos que bajó la estadística porque murieron dos o tres menos que el mes anterior.

Irresponsables al volante. Personajes que buscan en la velocidad, la vedette del problema, la adrenalina que no les dan las estúpidas vidas que se forjaron. Haciendo lo que les da la gana frente a un estado que no reacciona y una sociedad que contempla.

Hay conductores, muchos, que ya no pueden manejar más. Ya no deberían estar manejando más.

Oscar Wilde definió bien al deber como “eso que esperamos que hagan los otros”. Se creó una cadena de abulia, en la que cada quién espera que otro se ocupe de lo que hay que hacer, cosa que no sucede. Y si alguno hace algo, pues no alcanza.

De manera urgente las autoridades deberían olvidarse por un rato de que por acá los votan igual a pesar de lo ineptos que son y convocar a expertos en seguridad vial- que los hay en la provincia-para pergeñar algún plan en sincronía entre el estado provincial y los municipios y hacer lo necesario o más.

El resultado de tal acción podría equivaler a la diferencia que hay entre vivir y morir.

En el mientras tanto son demasiados los que andan mirando la foto del accidente con el herido o muerto de cada día. Tratando de averiguar el nombre de quién iba en el auto o en la moto.

Sin imaginar que, de seguir así, será tu nombre la respuesta a la pregunta.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_facebook type=”button_count”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_tweetmeme][/vc_column][/vc_row]

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