SAO PAULO. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, intensificó este martes sus ataques a la Corte Suprema y mandó un recado a “los que quieren sacarlo de Brasilia” al afirmar que no irá a prisión y “solo Dios” lo apartará de la Presidencia.
“Quiero decir a aquellos que me quieren volver inelegible en Brasilia: solo Dios me saca de allá”, dijo, según consigna Clarín, durante una masiva manifestación en Avenida Paulista de Sao Paulo.
Bolsonaro, un capitán de la Reserva del Ejército y nostálgico de la dictadura militar, reafirmó que, puesto el actual escenario en el país, solo tiene tres opciones: “prisión, muerte o victoria”.
“(Quiero) decir a los canallas que yo nunca seré preso. Mi vida pertenece a Dios pero la victoria es de todos nosotros”, completó el líder ultraderechista, en declaraciones de un claro corte “golpista”, al desconocer las decisiones de la justicia brasileña.
Asimismo, Bolsonaro hizo críticas directas al magistrado del Supremo Alexandre de Moraes, responsable por el proceso contra la difusión de noticias falsas y por el que el mandatario está siendo investigado.
Críticas del presidente derechista al presidente del TSE
Igualmente cargó contra el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Luís Roberto Barroso, al criticar el sistema electrónico de votación y defender un sistema mixto que incluya el voto impreso.
“No puedo participar en una farsa como esta, patrocinada por el presidente del Tribunal Superior Electoral”, declaró el presidente derechista. Cabe remarcar que, pese a que el sistema electrónico de votación rige en Brasil desde 1996, nunca hubo ni una sola denuncia de fraude desde entonces.
El discurso de Bolsonaro fue acompañado por miles de personas, la gran mayoría sin usar mascarillas, que ocuparon la principal avenida de la capital paulista. Los manifestantes bajo gritos de “mito”, pedían una intervención militar y el cierre de la Corte Suprema.
Así, en el marco del Día de la Independencia, los manifestantes “golpistas” también clamaron que Bolsonaro conduzca el país a “una nueva independencia de Brasil”.
Emula a Trump con su imagen pública pulverizada
En este contexto y con una aprobación que, en el mejor de los casos, ronda el 30%, Bolsonaro buscó una demostración de fuerza. Su popularidad está prácticamente licuada en un Brasil azotado por la crisis sanitaria y económica. Asimismo, las encuestas vaticinan una victoria del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, en las elecciones del próximo año.
Las movilizaciones de los “bolsonaristas” ocurren luego de diversos reveses para el presidente derechista, tanto en el ámbito judicial como legislativo. Esto generó fuertes tensiones institucionales y la oposición teme que pueda derivar en el golpe de Estado que los conservadores más radicales le exigen al gobernante.
En ese contexto enrarecido, Bolsonaro sigue los pasos del expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021), denunciando un supuesto fraude cuando tiene muchísimas posibilidades de perder las presidenciales del 2022 frente a su rival político, Lula Da Silva. El líder del PT, sospechado de corrupción en la causa Lava-Jato, este año volvió al ruedo político tras la anulación de sus condenas por un error procesal.
