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Por su política con la pandemia, “con Brasil es imposible abrir la frontera”

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Así opinó el antropólogo Roberto Abínzano, quien se refirió al reclamo de residentes de Iguazú, para la apertura del puente Tancredo Neves. Recomendó solicitar asistencia económica al Estado nacional para Iguazú y reforzar el cierre de la frontera con Brasil, por su obtusa política frente al coronavirus.

Por su política con la pandemia, “con Brasil es imposible abrir la frontera”

POSADAS. El investigador de procesos de integración y antropólogo Roberto Abínzano, brindó su perspectiva respecto de los reclamos de la comunidad de Iguazú para la reapertura del puente Tancredo Neves y sobre la cuestión de la frontera en tiempos de coronavirus (Covid-19)

En diálogo con MisionesCuatro, el antropólogo definió la región que conforman Misiones, parte de Brasil y Paraguay, como “una región muy antigua donde pueblos de tres estados tienen múltiples relaciones, comerciales, de amistad, de esparcimiento, de uso recíproco de infraestructura”. De acuerdo con el investigador, las fronteras son más bien “porosas”, permiten y estimulan el flujo de personas, saberes y prácticas.

“Los que viven del comercio están sumamente afectados y preocupados. Me interesa el proceso de integración, pero Encarnación tuvo un crecimiento económico enorme gracias al comercio que provenía de Posadas. Llevamos meses de este problema (del coronavirus), no años”, subrayó el antropólogo, quien consideró muy diferente, la cuestión con Brasil.

El país presidido por Jair Bolsonaro “sabemos que adoptó una política distinta a la de Argentina. Fue una política desacertada, errónea y hasta genocida. Miles y miles de brasileños murieron y podrían haberse salvado si se hubiera hecho lo correcto y no se hubiera actuado de una manera obtusa”, puntualizó Abínzano.

La ausencia de una política sanitaria integrada

Según el investigador, la región adoleció de una carencia de políticas de integración en la faz sanitaria, pese a tratarse de tres países que padecen los mismos problemas, como las enfermedades tropicales. “Cuando empezamos el proceso de integración no desarrollamos una política sanitaria integrada de la zona de frontera. De tenerla, podríamos atacar los problemas desde los tres estados al mismo tiempo y con todos los recursos”, comentó.

“No sólo tenemos el problema (del coronavirus), tenemos el dengue, la esquistosomiasis, paludismo y un montón de enfermedades tropicales, que son objeto de investigación. Todo eso habría que haberlo previsto. Pero no sólo no se dieron estas políticas de integración (sanitaria), sino que por las distintas filosofías de los países estamos más lejos de lograrlo”, puntualizó.

Para Abínzano, sería un error gravísimo abrir las fronteras con Brasil, dada la política que adoptó ese país con la pandemia del coronavirus. “Si los misioneros tuvimos la disciplina y sacrificio de cuidarnos y hacer la cuarentena, lo muestran los resultados. Con (el reciente aumento de casos) nos tenemos que cuidar más que nunca. No podemos bajar la guardia de ninguna manera”, enfatizó.

Imposible apertura con Brasil, diferente es el caso de Paraguay

“El caso de Iguazú, por Brasil, es mucho más peligroso. Si tuviera un poder (de decisión) abriría el turismo internacional, con todos los protocolos, antes que abrir la frontera con Brasil. Es más, al contrario, reforzaría el control de la frontera”, insistió Abínzano. Y en referencia al masivo reclamo de reapertura en Iguazú, donde las actividades económicas están jaqueadas por el cierre de las fronteras, Abínzano comentó: “Se podría (implementar) algún protocolo especial para Iguazú. Aunque sería muy complejo porque la gente va y viene”.

Sin embargo, Abínzano remarcó que no se puede exponer a personas al virus, más aún ahora, con la posibilidad de una vacuna, relativamente cerca en el tiempo. “Pediría un auxilio al Estado nacional para aliviar el problema económico. No queremos que se muera la gente por una causa que van a tener una solución pronto. Los que mueran ahora, con una vacuna, una solución en el horizonte, son una tragedia”, expresó.

“Un solo caso puede desatar una reacción en cadena. Los misioneros nos merecemos mantener este número bajo de casos a la espera de una solución definitiva”, sentenció.

En cuanto a la situación con Paraguay, donde dirigentes y la ciudadanía de Encarnación, están reclamando la reapertura del puente San Roque, Abínzano consideró: “La amistad entre los pueblos de Encarnación y Posadas es muy antigua y no se va a romper. Cuando todo se normalice todo va a ser como antes. Aunque nos tengamos que cuidar por un tiempo. Con Paraguay habría que hacer un protocolo estricto y empezar a abrir de forma (muy acotada) Pero con Brasil, por el momento, mientras no cambie sus políticas (sanitarias) es imposible abrir”, cerró.

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