López explicó que, tras un período de baja intensidad, los virus respiratorios han vuelto a presentar actividad significativa debido a las recientes bajas temperaturas. “Durante el último fin de semana, hemos tenido que internar a dos niños debido a infecciones causadas por virus respiratorios como el parainfluenza. Además, hemos observado un aumento en los casos de virus gastrointestinales y fiebre, que son más frecuentes comparados con otras temporadas”, comentó.

El infectólogo aclaró que estos virus suelen causar cuadros virales auto limitados, que generalmente no requieren tratamiento médico específico. La principal recomendación para los padres es asegurar que los niños se mantengan bien hidratados. “Aunque estos cuadros son contagiosos, los adultos suelen tener un sistema inmunológico más robusto. Por eso, la clave para los niños es mantener una buena hidratación. Las sales de rehidratación oral son una herramienta esencial en este sentido. Tienen una composición que se asemeja a la del plasma sanguíneo, lo que facilita la rehidratación rápida y efectiva”, explicó.

El Dr. López desaconsejó el uso de bebidas como Gatorade o 7Up para rehidratar a los niños. “Estas bebidas contienen altos niveles de azúcar, lo cual puede atraer más líquido hacia el intestino y provocar diarrea adicional. Las sales de rehidratación, aunque no siempre son de sabor agradable, tienen la concentración correcta de azúcar, sodio, potasio y bicarbonato, lo que las hace más efectivas para rehidratar.”

Además, López expresó su escepticismo hacia el uso de remedios alternativos y plantas medicinales para el tratamiento de estas condiciones. “Soy crítico de las medicinas no científicas. Aunque no las contraindico formalmente, he visto casos graves relacionados con su uso. La ciencia médica está fundamentada en estudios y evidencias, y es fundamental seguir las recomendaciones basadas en estos principios”, afirmó.

Finalmente, el infectólogo hizo un llamado a las instituciones de salud para que tomen medidas firmes contra profesionales que recomienden tratamientos sin respaldo científico. “Cuando un profesional sugiere prácticas sin base científica, la institución debe actuar de inmediato para proteger a los pacientes. Es fundamental que las recomendaciones médicas se basen en evidencia para evitar riesgos innecesarios”, concluyó.