Salud

En Argentina, una persona sufre un ACV cada 4 minutos

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Desde 2008, todos los 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular (ACV), dolencia que cobra una vida cada cuatro minutos en Argentina y provoca alrededor de 20 mil muertes al año.

En Argentina, una persona sufre un ACV cada 4 minutos

A eso se le suma que el Covid-19 es otro de los factores que comenzó a provocar esas lesiones cerebrales en un 37 por ciento de los pacientes a nivel mundial. Por eso es importante saber cuáles son los síntomas que indican esta dolencia para llegar a recibir atención a tiempo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Accidente Cerebrovascular (ACV) representa la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad en adultos a nivel mundial. Se estima que 15 millones de personas sufren un ACV por año, de las cuales cinco millones mueren y un 30% queda con una discapacidad permanente.

Se calcula que en Argentina una persona sufre un ACV cada cuatro minutos y que mueren alrededor de 20 mil personas por año, provocando en los pacientes diversos trastornos entre ellos, dificultades en el habla, asimetría facial, debilidad en un brazo, fuertes dolores de cabeza, pérdida de visión de un ojo y dificultades para caminar.

“A nivel mundial se reportó una disminución de consultas por el miedo de la gente de ir a los centros de stroke, tanto en Europa como en Estados Unidos. En el caso de Rosario ya hicimos 36 tratamientos en lo que va del año, con lo cual ya superamos a los del año pasado, que realizamos 30. Hemos tenido casos de pacientes que esperan para no internarse por miedo al coronavirus, por eso la Sociedad Neurológica Argentina lanzó la campaña El ACV no se queda en casa”, cuenta a La Capital la coordinadora del área de ACV del Sanatorio Parque, Lorena Jure.

En ese sentido, la médica aconseja: “Es importante que la población pueda detectar los síntomas para poder ser trasladado de inmediato a un centro de atención que cuente con área de trombólisis o trombectomía. Lo importante es la detección y el traslado del paciente. Uno de los síntomas suele darse con trastornos en el lenguaje, donde el paciente no puede hablar correctamente o no comprende lo que le dicen”.

“Sucede, por ejemplo, que un paciente está hablando y comienza a tener dificultad para articular la palabra. Eso lo denominamos disartria. Y hay otra situación más complejo que llamamos afasia, donde se manifiesta trastorno de expresión escrita u oral de palabras”, agrega. Y completa: “Para ello existe la Escala de Cincinnati, en la que se le pide al paciente que sonría y sea simétrica, que levante ambos brazos, que sonría y que hable. Si de esos puntos hay dos positivos, hay una alta posibilidad de que se esté produciendo un ACV”.

Sin embargo, no hay estadísticas de Rosario y la región a la hora de saber la cantidad de personas afectadas, por eso comenzaron a conformar un proyecto con articulación público privada para establecer un relevamiento concreto.

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