Salud

La ley de etiquetado frontal, “no será suficiente” para reducir la obesidad infantil, alertan

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El licenciado especialista en infancias, Sergio Farinelli destacó la importancia de la ley que permitirá a los padres, ser más conscientes de los productos alimenticios que se consumen, pero pidió concientización por parte del Estado y campañas eficientes, para lograr el cambio cultural en los hábitos de alimentación.

La ley de etiquetado frontal, “no será suficiente” para reducir la obesidad infantil, alertan

POSADAS. La entrada en vigencia de la ley de etiquetado frontal fue analizada por el licencia Sergio Farinelli, un especialista en infancias y en obesidad infantil que aseguró que con la aparición de los octógonos negros indicando la presencia de grasas, sales o azúcares en distintos productos no será suficiente para modificar hábitos alimenticios y bajar los índices de obesidad infantil, que se dispararon en la pandemia y que afectan en mayor medida a familias socialmente desfavorecidas, por el costo de los alimentos.

“Lo principal es que cada vez que vayamos al super vamos a encontrar los octógonos negros y ser más conscientes a la hora de elegir qué productos llevar”, destacó Farinelli en diálogo con Previa Informativa este lunes. “Algunas empresas hicieron pedidos de prorrogas. La idea es que a noviembre del próximo año todas estén con su etiquetado frontal. Pero hay debate en las empresas”, aclaró el especialista.

Ante la consulta de este medio, Farinelli advirtió que Argentina “es uno de los países sudamericanos de mayor índice de obesidad infantil entre los 2 y los 5 años”. Esto se debe a la “publicidad dirigida al público infantil”, que la Ley de Etiquetado Frontal tendría que modificar.

“Falta concientización por parte del Estado y campañas más eficientes hacia el público infantil y los padres. La ley de Etiquetado Frontal también prevé que se implemente a través de los colegios. Hablar de nutrición a los chicos. Son un montón de engranajes para acompañar a la ley porque no va a alcanzar sólo con el etiquetado”, resaltó el licenciado.

“Los dos años de pandemia hicieron que se disparen los índices (de obesidad infantil)”, alertó Farinelli, añadiendo que esto hizo que “de cada 10 infantes, 4 tengan obesidad infantil”.

Para Farinelli, el problema es cultural, además de educativo, comercial y publicitario, pues “la publicidad es muy agresiva para los chicos, sabe cómo captarlos para consumir un producto. Un bebé conoce una marca desde los 6 – 7 meses de vida”, graficó.

La clave de cambiar los hábitos alimenticios: cocinar, beber agua y hacer actividad física

En cuanto a los hábitos alimenticios, Farinelli fue lapidario: “Consumo de pizza se incrementó 4 veces más en la pandemia. Aumentó el consumo de comida chatarra y los chicos se van acostumbrando a esa comida rápida. En la mesa de los argentinos no se come fruta ni se beba más agua. Todo el consumo productos ultraprocesados han hecho que tengamos esos índices (de obesidad infantil) Es producto de la alimentación que los padres les dan a sus hijos”, puntualizó.

Asimismo, el incremento del costo de los alimentos saludables, también estaría incidiendo en problemas de alimentación en el país. “En los sectores más vulnerables es donde más se ha incrementado la obesidad infantil, producto de la (sobre)carga de polenta, arroz, carbohidratos, pocas verduras y frutas. Pero el problema es que tenemos que volver a cocinar”, insistió Farinelli.

“En Argentina dejamos de cocinar y pagamos más. Al comprar verduras y frutas, cocinarlas y prepararlas, es cuando hacemos una alimentación un poco mejor, más saludable. Y beber agua”, recalcó Farinelli, poniendo de relieve que “las gaseosas o bebidas azucaradas son top-ten” en consumo.

Además, pidió “agregar actividad física y sacar a los chicos de las pantallas”, remató.

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