Salud

La viruela del mono: actualización de la situación y medidas preventivas

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La viruela del mono, una patología infecciosa emergente, sigue siendo una preocupación global dada su capacidad de expansión en un mundo cada vez más interconectado. Enrique Casanueva, médico infectólogo infantil, ofreció a Misionescuatro una visión actualizada sobre la enfermedad, sus riesgos, y las medidas preventivas necesarias.

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La viruela del mono: actualización de la situación y medidas preventivas

Casanueva explicó que la viruela del mono puede ser particularmente difícil de controlar debido a su periodo de incubación. “Desde que una persona se infecta hasta que presenta síntomas puede pasar entre uno y dos semanas. En algunos casos, el contagio puede ocurrir incluso antes del inicio de los síntomas, lo que complica el control de la enfermedad”, indicó.

El médico señaló que los síntomas característicos incluyen brotes de vesículas en varias partes del cuerpo, junto con síntomas generales como cansancio, dolores musculares, dolores de cabeza, y fiebre. “A pesar de que algunos casos pueden ser asintomáticos, la mayoría presentan estas manifestaciones visibles. Es fundamental estar atentos a estos síntomas y considerar el historial de viajes o contacto con viajeros”, aconsejó.

Entre los grupos de mayor riesgo, las embarazadas se destacan debido a la posibilidad de transmisión del virus de la madre al bebé. “El riesgo de complicaciones es mayor en ciertos grupos, y la transmisión de la madre al hijo puede ser una preocupación significativa”, advirtió el infectólogo.

En cuanto a la evolución del virus, Casanueva mencionó la existencia de distintos clados. “En 2022, predominó el clado dos, pero actualmente circula el clado uno, que podría tener una gravedad diferente. Esto se refleja en la variabilidad del virus y su potencial impacto en la salud”, explicó.

La transmisión del virus puede ocurrir a través de diversos fluidos corporales, como saliva, lesiones en la piel, y semen, el cual puede transmitir el virus durante un período prolongado. Aunque el mate no es el principal factor de riesgo, Casanueva destacó que puede ser un factor a considerar en contextos específicos.

En cuanto a la prevención y tratamiento, el médico indicó que existen algunas vacunas con potencial eficacia, aunque su uso en niños es limitado y la eficacia no está completamente confirmada para todos los clados del virus. “El tratamiento actual es de sostén, y el enfoque principal debe ser el aislamiento de la persona infectada para evitar la propagación del virus”, concluyó.

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